En general, es bastante difícil eclipsar a la reina de Inglaterra, pero el presidente Trump podría haber logrado hacerlo, reseñó The Washington Post.
Traducción libre de LaPatilla.com
Trump y la reina Isabel II se reunieron el viernes como parte de su visita de trabajo al Reino Unido. Mientras se extendía la alfombra roja en el Castillo de Windsor, miles de personas se congregaron en un mitin de “Stop Trump” en Trafalgar Square, Londres. Algunas horas antes, un globo inflable que representaba al presidente como un gran bebé naranja voló en el aire junto a las Casas del Parlamento.
Mientras que la protesta del viernes y una serie de signos sarcásticos causaron bastante revuelo, la caminata de Trump con la reina durante una inspección de los guardias rápidamente se convirtió en un tema candente.
Descrita como “vergonzosa” e “incómoda” de ver en las redes sociales, las imágenes de su paseo juntos fueron objeto de intenso escrutinio. Mientras recorría los terrenos del castillo, Trump mantuvo un paseo relativamente rápido, que vio a la reina, a veces, quedarse atrás de él mientras él lo guiaba.
Algunos observadores instantáneamente se pusieron a la defensiva de la reina, que cumplió 92 este año. “¿Acaso Donald Trump acaba de CAMINAR FRENTE A LA REINA?!?!?!”, Preguntó un usuario claramente ofendido. “Detestó cómo Trump se atrevió a caminar frente a la Reina hoy”, escribió otro.
En un momento dado, se puede ver a la reina gesticulando hacia Trump, aunque no está claro a qué se refería exactamente. En las redes sociales, algunos especulaban que Trump estaba siendo instruido acerca de qué lado de ella debería caminar.
Si ese fuera el caso, el presidente no entendió el mensaje.
Otros en línea también debatieron si Trump y la primera dama Melania Trump rompieron con el protocolo real cuando optaron por estrechar la mano de la reina en lugar de inclinarse o hacer una reverencia. Mientras que algunos estaban disgustados, este es un gesto opcional, y elegir no hacerlo no rompe con el protocolo real. Aunque inclinarse no es una regla dura y rápida, algunos creen que es obligatorio. Trump, quien es conocido por sus largos, poderosos e intensos apretones de manos, estaba un poco preocupado por lo que sucedería cuando se reuniera con el monarca más antiguo del mundo.
La reina, que rara vez se ve abrazando a los demás, no es conocida por las muestras públicas de afecto. Sorprendió a muchas personas en 2012 cuando se la vio colocando un brazo cariñosamente alrededor de Michelle Obama. Obama correspondió, y los dos estuvieron cogidos del brazo por un momento.
En ese momento, el autor Charles Mosley describió la interacción como “asombroso” y le dijo a CNN: “El problema es que la reina es una persona casi sagrada. En las monarquías, hay una sacralidad que rodea al soberano, que tal vez no se conoce en las repúblicas”.
En 1992, el ex primer ministro australiano Paul Keating fue duramente criticado por poner su mano sobre la espalda de la monarca. Periódicos británicos en el momento se refirió a él como el “Lagarto de Oz” después de su comportamiento grosero.
La reina vestía todo azul para la reunión del viernes con los Trump y parecía estar de buen ánimo, a pesar del eclipse presidencial.