Nelson A. Pérez: Y el pobre en su choza libertad pidió…

Nelson A. Pérez: Y el pobre en su choza libertad pidió…

El Gloria al Bravo Pueblo adoptado en el año 1881 por el entonces presidente Antonio Guzmán Blanco como el Himno Nacional de Venezuela. Contiene en sus estrofas todo el ideario de libertad que amalgamaba el espíritu e ímpetu de la población venezolana, de otrora,  que lanzaba gritos de libertad ante el atropellante imperio español.

“gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó”. Expresa la fortaleza de un bravío pueblo dispuesto a romper las cadenas que lo ataban al yugo español.

“la ley respetando la virtud y el honor”. Que encumbra la honradez, la dignidad,  la justicia y el decoro de quienes asumieron como suya la gloria independentista.





“abajo cadenas gritaba el señor y el pobre en su choza libertada pidió”. El espíritu independentista arropaba con su manto a todos por igual: blancos criollos, indios, negros, zambos, mestizos y esclavos. Una sola sociedad contra el usurpador, libertad era la consigna. La lucha  el denominador común.

“a este santo nombre tembló de pavor el vil egoísmo que otra vez triunfó”  La arenga de libertad en labios de un pueblo decidido a romper las cadenas de la opresión hacía temblar de pavor al usurpador español. A la caída de la primera república, el soez narcisismo otra vez triunfó.

“unida con lazos que el cielo bordó la América toda existe en nación” el espíritu integracionista de la patria grande, la Gran Colombia” sueño de todos los libertadores de América.

“y si el despotismo levanta la voz seguid el ejemplo que Caracas dio”. La Capital, primera provincia que se levanta contra el gobierno español, como ejemplo libertario contra el déspota extranjero.

208 años han transcurrido desde 1810 a la fecha. En el ínterin montoneras, caudillismo, atraso y pobreza. Gómez el último caudillo. Luego un lago proceso para la reconstrucción de la patria, desde López Contreras a hasta Isaías Medina Angarita. En seguida, una vez más, al hueco: la dictadura de Marcos Pérez Jiménez 10 años de oprobio y represión.

El año 1.960 el bravío pueblo venezolano y sus líderes unos en la clandestinidad y otros exiliados, logran conquistar la anhelada libertad por tantos años postergada y pisoteada.

Transcurrieron 40 años de libertad en democracia, el país se consolido internamente y se integró al concierto de las naciones del mundo. A pesar de los muchos avances en infraestructuras, educación, salud, cultura, deportes, etc. no supimos superar el rentísmo petrolero y la distribución desigual de la riqueza con sus crisis recurrentes nos condujo, entonces, el atajo que nos trajo al año 1.999 con el “socialismo del siglo XXI”.

No es casual la imposición de la bota castro comunista en suelo patrio, esa lucha viene tejiéndose y enraizándose desde los años 60 con el triunfo de la revolución cubana. Es una riña cazada entre el oscurantismo estatista y la democracia en Latinoamérica.

Los gobiernos democráticos en América latina han atropellado, constantemente, con sus formas de actuación, los nobles y sublimes propósitos de la libertad en democracia que tiene que ver con ese pensamiento bolivariano “de lograr el máximo cumulo de felicidad posible para el pueblo”.  La libertad está íntimamente ligada a la sonrisa del ciudadano, que tiene que ver con: libertad de expresión, de decisión, de disentir, de elegir, de educación, de trabajo, de salud, de seguridad ciudadana, de trasladarse libremente, de cultura, de deporte, etc. es decir; capacidad de actuar sin impedimentos de auto determinarse, poder elegir a plenitud  los medios y los fines para  para vivir sin restricciones materiales de existencia. Alcanzar la cúspide en lo moral, lo ético, la justicia, la política, la religión, el pleno pensamiento, etc.  Que la gran contradicción a resolver sea entre el hombre y la naturaleza a través del trabajo y la ciencia, y no el desgastante encontronazo político e ideológico que al final pasa factura a toda la sociedad. Para ello debemos encontrarnos en el punto exacto que nos permita obtener una distribución equitativa de la riqueza social producida, reconocernos como venezolanos, deslastrarnos del rentísmo petrolero y avanzar hacia una sociedad progresista y de primer mundo.

Se hace necesario que el mundo político, de hoy, que asume la democracia como forma de gobierno, siendo oposición, eche a un lado el narcisismo, los personalismos, la arrogancia, el veto, etc. y entiendan que sin libertad están destinados al exilio, el presidio, la persecución, la muerte, y al final, el pueblo sufriendo el vil egoísmo que otra vez triunfó.

Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso.

Miembro del Secretariado Nacional de Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.

nelsonapv1948@hotmail.com

@nelsonp10050185