La llegada del mes de mayo, en especial el transcurrido en Paris, nos trae curiosidad obligada, por cuanto ha sido en muchos casos esta referencia, escenario con trascendente ocurrencia de protestas sociales, política y cultural; a la vez que logro de importantes vuelcos en el comportamiento funcionarial de los que han tenido la representación del Estado.
En mayo de 1968 extensivo a junio; el mundo hubo de presenciar un movimiento de protestas política, social y cultural iniciado en la ciudad de París por un grupo de estudiantes de izquierda, opuestos a la “Sociedad de Consumo”. Conducta contestataria a la que posteriormente se le unieron grupos de obreros industriales , considerada como la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia francesa; otros sustentan que de Europa occidental, respaldada por más de mueve millones de trabajadores , con influencia del movimiento Hipé y de la reforma universitaria de Córdova en Argentina en el año 1918. La reforma universitaria de Córdova hubo también de ser bandera izada por el “Frente Universitario de Venezuela” que en la década de los años cincuenta hizo causa unitaria con él pueblo, enfrentando la dictadura militar Pérez Jiménez, contribuyendo a su deposición.
No obstante la fuerza del referido movimiento estudiantil, no sé si se debió, al respeto institucional de los franceses; pero en verdad no hubo asomo de plantearse la toma de poder; mucho menos de atentando manifiesto contra el Estado. Todas estas protestas llegaron a su fin cuando el general Charle De Gaulle anunció elecciones anticipadas, que tuvieron lugar el 23 y 30 de julio. Las protestas surgen, en una década de prosperidad; pero con síntomas serios de un grave deterioro de la situación económica. Realizado una consulta plebiscitaria resultó ganador el No. Charles De Gaulle renuncia. Se cumplió aquello de que “Cuando Paris estornuda toda Europa se refría.”.
El movimiento del mayo francés pone término al modelo de liderazgo personalista que había caracterizado la “Quinta República francesa”. Los franceses recobran su lema: “Queremos tiempo para vivir” ¿Será capaz Nicolás Maduro de convocar un plebiscito para su continuación o no en el poder mediante el cumplimiento de los preceptos constitucionales. Tal como sucedió en la Francia de De Gaulle, hasta ahora parece imposible. El revocatorio que tuvo comienzo de realización constitucional para considerar su mandato, por disposición de este hubo de no realizarse. Contó para tal fin con órganos del Poder Público nacional que le son subordinados. A diferencia del ex presidente francés, héroe de la Segunda Guerra Mundial; su perpetuación en el poder es más que evidente. Para tal fin hace concesión al generalato castrense.
Habida consideración del recuento precedente no es intención establecer similitud, lo cual sería osadía, entre el general De Gaulle respetuoso de la Constitución y leyes que rigen al pueblo francés con otros presidentes que en la región latinoamericana han incurrido en abuso de poder; ni mucho menos con Nicolás Maduro, hoy entredicho en la región y el mundo. Lo hago para dignificar a una República, donde sus gobernantes no han violada, desde la abolición de la Monarquía, el principio constitucional de la incompatibilidad de los Poderes Públicos.
Empero, cierto es: que en Venezuela se suscito en mayo del presente año, en concreto el día 20; un hecho propio de la barbarie feudal, Soy un convencido de ello , por haberlo aprendido de mis ductores políticos, que el Gobierno con mayoría de una minoría militar en servicio activo; con manejo de mando ; el que preside Nicolás Maduro, no ha hecho otra cosa con resultados fatales, que no sea la de continuar el viejo sistema venezolano: “ Es dueño de la radio, de la prensa, que utiliza los fondos públicos con fines partidista y, que luego , al cabo de una falsa preparación del ejercicio del voto, llama al pueblo a las urnas electorales para que concurra a ellas como pieza o como bestia de matadero , no a cumplir conscientemente su derecho a decidir sobre el destino de la nación ; sino a servir de instrumento, una vez más al ánimo de opresión y del dominio del Gobierno del hombre o del grupo que ejerce el poder”.
En mayo de 2018, Nicolás Maduro manipuló el adelanto de la elección presidencial, embauca a la dirección de la oposición, minorías de partidos integrados a la MUD. Mediante la convocatoria a un dialogo maniqueo e infecundo. Logra establecer contradicciones entre sus integrantes. Sin apego a la Constitución impone una ANC espuria para lo cual contó la subordinación de cuatro señoras, activistas del PSUV que integran el CNE. Tal arbitrariedad fue objeto de rechazo en la región y el mundo. Son infinitas las denuncias sobre la ilegitimidad presidencial de Maduro.
El 20 de mayo hubo de darse en Venezuela una protesta cívica contra el inconstitucional proceso electoral. En esta oportunidad el pueblo mayoritariamente y de manera espontanea impuso la abstención electoral en forma plebiscitaria, ejerciendo a plenitud el poder constituyente que le es propio. También ha optado por la conformación de una nueva y definida dirección opositora; hoy con manifestación de protesta en todo el territorio nacional. Ha logrado la unificación de los que integran la unidad del pueblo, ansiada y solicitada y conformada por gremios, sindicatos, sectores empresariales progresistas tanto del campo como de la ciudad, y el Clero. Este último sin abandonar su oficio de pastores, ha hecho público, con toda autoridad, que: “ ignorar al pueblo, hablar indebidamente en su nombre, reducir ese concepto a una parcialidad política e ideológica, son propias de los régimen totalitarios , que terminan despreciando siempre la dignidad humana” fin de la cita.
Abogado, político, presidente de URD