La Fiscalía de París pidió hoy la apertura de una investigación judicial sobre el llamado “caso Benalla“, y la puesta en libertad con medidas cautelares del exguardaespaldas del presidente francés, Emmanuel Macron, que provocó el escándalo.
EFE
Alexandre Benalla, hombre de confianza personal en temas de seguridad de Macron, y Vincent Crase, responsable de seguridad de su partido, fueron arrestados el pasado viernes para ser interrogados sobre los hechos desvelados por vídeo aficionados en los que se les veía agrediendo a manifestantes en las protestas del pasado 1 de mayo en París.
La Fiscalía ha encontrado elementos que justifican iniciar una investigación, y en concreto pide confirmar si ambos cometieron actos violentos durante la marcha, como sugieren las imágenes grabadas y difundidas en las redes sociales.
La justicia francesa deberá determinar también si Benalla y Crase utilizaron de forma ilícita distintivos policiales y portaban armas de tipo B (pistolas y revólveres).
En las imágenes se ve al guardaespaldas de confianza de Macron con un casco de antidisturbios, reservado a las fuerzas del orden, y portando un brazalete policial.
Según confirmó a Efe la Fiscalía, la investigación también tratará de determinar si cometieron delitos contra el secreto profesional y desvío de imágenes del sistema de vigilancia con cámaras de vídeo de la ciudad de París.
Esta última parte incluye también la investigación a otros tres agentes de elevado rango de la Policía de la capital, a quien Benalla pidió supuestamente las grabaciones de esas cámaras después de que el diario “Le Monde” destapara el caso el pasado miércoles.
La Fiscalía, que no solicitó la prisión provisional para ninguno de los cinco detenidos, pidió, sin embargo, que se prohíba a Benalla y Crase ejercer de forma cautelar toda función pública, que entren en contacto con los otros implicados y que porten armas.
A los tres policías interrogados también se les prohibió participar en ciertas misiones y que entren en contacto con el resto de implicados, señaló la Fiscalía.
Será un juez instructor, que deberá ser nombrado en las próximas horas, quien determine si se aceptan las peticiones del Ministerio público.
Detenidos para ser interrogados hasta esta madrugada, Benalla y el resto de acusados tendrán que comparecer, ya asistidos por un abogado, ante ese juez.
Según la emisora France Info, todos ellos han respondido a las preguntas de los investigadores y no han invocado su derecho a guardar silencio.
El semanario Le Journal du Dimanche indicó que Benalla afirmó que se encontraba en el lugar de la manifestación como observador, pero que decidió intervenir al considerar que la Policía estaba desbordada, algo que, según él, que tiene un máster en derecho, permite la ley.
Para demostrarlo pidió a tres altos cargos de la Policía de París las imágenes de las cámaras de vigilancia de la ciudad, una intervención que motivó que el pasado viernes el Elíseo iniciara los trámites de su despido.
Los tres oficiales cedieron a la petición de Benalla por su cercanía con el presidente, según France Info, que cita al abogado de uno de ellos.
El escándalo ha desatado una grave crisis política, con la oposición exigiendo explicaciones al Gobierno de Macron en la Asamblea Nacional, donde el ministro del Interior, Gérard Collomb, comparecerá mañana.