Por años ya María Corina Machado ha dado una hermosa batalla por la democracia venezolana. Nunca he oído de ella frase ambigua alguna sobre la tragedia venezolana del siglo XXI y sobre sus responsables chavistas y maduristas. Machado ha mantenido una línea impecable e implacable en todo lo referente a la denuncia del narco-régimen y a la necesidad de expulsarlo cuanto antes del poder. Le ha cantado las cuatro verdades al fallecido sátrapa y al actual “conductor”. A ambos les ha dicho en su cara lo que un ciudadano digno debe decirle a los dictadores corruptos.
María Corina Machado viene de una familia también ejemplar, su padre un exitoso empresario, su madre una destacada atleta y profesional. Ninguno de los dos ha cedido jamás un milímetro en sus valores. Por ello, la familia ha pagado un alto precio en expropiaciones de sus empresas y en las diversas represalias tomadas en su contra por los dictadores venezolanos del siglo XXI.
María Corina Machado se graduó de Ingeniero Industrial en la UCAB, primera en su clase y luego en Finanzas en el IESA, primera en su clase. Participó en el programa de Políticas Públicas de la Universidad de Yale, USA. Ha fundado o pertenecido a diversas organizaciones sociales, incluyendo a SUMATE, la Fundación ATENEA y el Foro Internacional de la Mujer. Fue una lideresa social antes de dedicarse a ser una lideresa política. Elegida diputada a la Asamblea Nacional en 2010 su curul le fue arrebatado de manera arbitraria por el régimen en 2014.
María Corina Machado ha fundado su grupo político y ha llevado a cabo una labor incansable de denuncia al régimen. Por ello el chavismo le teme. Su prestigio nacional e internacional la ha protegido, hasta ahora, de las represalias del régimen, aunque corre un alto riesgo al permanecer en Venezuela hablando de la manera valiente y frontal que ha sido su característica. Junto con Antonio Ledezma, Leopoldo López, Diego Arria, Enrique Aristeguieta Gramcko, Luis Ugalde S.J., la Conferencia Episcopal Venezolana y jóvenes líderes regionales o salidos del movimiento estudiantil, María Corina Machado representa hoy día el verdadero liderazgo de oposición. Se ha negado tercamente a aceptar la coexistencia pacífica con el régimen o a aceptar la insensata prédica de que solo por la vía electoral, bajo las reglas viciadas y fraudulentas del régimen de Maduro, Tibisay Lucena y los hermanos Rodríguez, se puede luchar por la democracia. Al contrario, ese obsesivo apego a la vía electoral en un estado forajido, expresado incesantemente por Henri Falcón, Manuel Rosales, Claudio Fermín, Eduardo Fernández y Enrique Capriles, entre otros líderes que pretenden representar la oposición, ha sido el factor oxigenante más poderoso – junto al apoyo de la prostituida Fuerza Armada – recibido por la narco-dictadura. María Corina Machado y el grupo que piensa como ella se han resistido a esta maloliente coexistencia con el narco-régimen, recibiendo por ello el apelativo de “radicales” y las críticas de quienes piensan – en el nombre de una falsa unidad que se parece mucho más a la complicidad – que el acomodo, la negociación y el “perdón” representan la vía “menos traumática” para cambiar al régimen.
Nadie puede predecir el futuro y hay muchos ciudadanos que ya no verán el desenlace de esta tragedia venezolana, pero tengo la plena confianza en venezolanos como esta valiente mujer, en esta ciudadana ejemplar y en el grupo de líderes que piensan como ella. Mientras puedo, hago todo lo posible por reforzar sus actividades y sus puntos de vista y llamados a la acción. Desearía verlos convocar un Gran Frente Nacional para la Resistencia, a fin de que representen al país digno que rehusa arrodillarse frente al narco-régimen.