Es falso que la unidad de la oposición es lo que hace falta para derrotar al régimen chavista. Desde 1999, la falsa oposición ha estado unida en torno a la estrategia electoral para enfrentar al chavismo. Hasta se unieron para apoyar a Arias Cárdenas bajo la sospechosa premisa de que al chavismo solo se le podría derrotar con uno de los suyos. La estrategia fue un desastre.
Unidad entre las franquicias partidistas asociadas en la extinta MUD es lo que ha sobrado para llamar a votar y cancelar todas las otras formas de lucha política. Siempre estuvieron unidos en el propósito de negociar una cohabitación con el régimen. Esa unidad de la falsa oposición es la que ha sido cómplice para atornillar al chavismo por casi dos décadas. Entonces, no es por falta de unidad que no se ha podido derrotar al chavismo.
Lo que le ha faltado a esa oposición no es unidad sino claridad y honestidad política. Claridad para zafarse de la tiranía de la pseudo legalidad del estado chavista; y honestidad para plantearle a la gente objetivos políticos sostenibles a largo plazo, en lugar de hacerle el juego al régimen con la estafa electoral y prestarse para llevar a la gente mansamente al matadero electoral.
Ahora vuelven a manosear la idea de la unidad de todos los factores de la oposición como un saco de gatos, donde caben todos, hasta los ex oficialistas que desde la oposición llaman a restaurar el legado de Chávez.
Complementan la maniobra con una trampa caza bobos para elegir a un supuesto líder que sería el nuevo mesías llamado a unir a toda la oposición. Esa unidad opositora, donde todos caben indiscriminadamente, tendría un vocero de la más despreciable y amarga tizana política: negociadores, colaboradores, agentes dobles y hasta antiguos carceleros del régimen, todos unidos… ¿Para qué? Para colarse en un nuevo gobierno que han llamado engañosamente de transición, donde hay para todos.
Quienes hemos aprendido de la experiencia histórica de estos diecinueve años que este régimen no sale con elecciones, sabemos que una unidad burocrática y clientelar, como proponen los restauradores de los escombros de la MUD, es una unidad electorera e inviable políticamente.
Sabemos que primero hay que definir, como eje, una tesis de lucha política insurreccional contra el régimen chavista, y luego sí promover la unidad de todas las fuerzas sociales en torno a ella.
Por eso no es posible plantearnos ser parte de un bloque que, por su naturaleza esencialmente colaboracionista, debe ser destruido junto al régimen que trata de sostener.
Lo que en realidad hace falta es la unidad de todas las facciones institucionales y honestas de la FANB, que las hay, para levantarse contra el estado chavista con las armas de la República e intentar salvar lo que queda. Y luego una verdadera unidad cívico militar para expulsar al chavismo del poder.
La forma de echar al chavismo del poder y qué hacer para destruir el antiguo régimen político y restaurar la República, son algunos de los temas que nos separan hoy, manana, y siempre de la falsa oposición colaboracionista y electoral.
@humbertotweets