A dos años de su retiro, el venezolano Antonio Díaz ve con un “toque sentimental” el Mundial de Kárate de Madrid, pues en la capital española, donde ganó la primera de las ocho medallas que se ha colgado en su carrera, disputará su última cita orbital.
“Mi primera medalla Mundial fue en Madrid en el 2002, entonces este va a ser mi último Mundial de Kárate porque es el último antes de los Juegos Olímpicos. Para mí va a ser muy especial, es un mundial que tiene un toque sentimental por eso”, afirmó Díaz, de 38 años, en una entrevista con Efe en Barranquilla.
En la capital española, que acogerá el Mundial de Kárate entre el 6 y 11 de noviembre, el venezolano obtuvo en el 2002 su primera medalla de bronce en las katas (serie de movimiento) y buscará su novena y última.
“Para mí el Mundial siempre ha sido muy importante, creo que he logrado demostrar esa consistencia al haberme mantenido en el podio durante los últimos ocho mundiales”, destacó.
Allí se encontrará, según aseguró, con “un evento muy fuerte” porque considera que el “nivel ha subido muchísimo” y “hay muy buenos competidores” como es el caso del japonés Ryo Kiyuna y del español Damián Quintero, “que está de segundo en el ránking” de katas de la Federación Mundial (WKF) y será local, lo que cree le dará “un poquito más de confianza”.
“Va a ser un campeonato bien bonito, yo creo que por ese buen nivel que hay va a ser un campeonato muy emocionante. Para mí desde ya comienza la preparación”, apostilló Díaz, que es quinto en el escalafón de katas de la WKF.
Sin embargo, el objetivo principal del karateca más importante de la historia de Venezuela está en Tokio 2020, donde cumplirá el sueño de disputar por primera vez unos Olímpicos y, por qué no, con darle un cierre dorado a su carrera.
Es por eso que valoró el trabajo que ha hecho durante el ciclo olímpico, en el que ha ganado los metales dorados en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta el año pasado, en los Suramericanos de Cochabamba hace dos meses y en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla este miércoles, donde obtuvo un cupo para los Panamericanos de Lima 2019.
En ese sentido la clasificación a Tokio la buscará “un pasito a la vez” y comenzará con el campeonato de la serie mundial de Berlín, en septiembre próximo, que da puntos para acercarse a los Olímpicos.
“Creo que esto (Barranquilla 2018) es el cierre de una primera mitad del año que ahora me permite enfocarme en entrenar, en planificar todos esos eventos importantes que vienen durante todo lo que van a ser estos dos años de clasificación olímpica”, resaltó el karateca, doble campeón mundial (Belgrado 2010 y París 2012).
Por ello recordó que se iba a retirar después del Mundial de Linz (Austria) en 2016 pero la inclusión del kárate en los Juegos Olímpicos lo hizo posponerlo para por lo menos intentar llegar a Tokio.
“La inclusión del kárate en los Juegos Olímpicos me hizo pensar en que después de tanto tiempo esperando esa oportunidad, esperando que el kárate llegara a los Juegos Olímpicos, no podía quedarme viéndolo por televisión, tenía que por lo menos intentar llegar allá y eso es lo que estoy tratando”, afirmó.
Agregó: “sé que no es fácil porque hay mucha gente joven, hay muchas expectativas, son muy pocos cupos, el sistema de clasificación no es fácil”.
“Creo que esa constancia o lo que ha sido mantenerme en esos primeros puestos durante toda mi carrera es algo a lo que estoy tratando de apostar para con toda esa experiencia poder mantenerme hasta el 2020 y cerrar mi carrera en el Budokan de Tokio en los Juegos Olímpicos de 2020”, subrayó Díaz.
Cuando pasen los Juegos de Tokio, el doble campeón mundial quiere dedicarle “más tiempo” a la enseñanza del kárate en Venezuela, pese a que ya tiene “muchas solicitudes de seminarios en el exterior”.
“El objetivo es poder dedicarle un poco más de tiempo a eso y formar a otras generaciones, también, por qué no, la posibilidad de abrir escuelas en otros países y seguir trabajando por el kárate”, concluyó Díaz, que recientemente abrió su dojo en Venezuela, “una escuela no solamente para formar atletas” sino también personas.
EFE