La estrella irlandesa de artes marciales mixtas (MMA) Conor McGregor se declaró culpable este jueves de perturbación del orden público, ante un tribunal de Brooklyn, con lo que evitó ser sometido a juicio y enviado a prisión.
AFP
McGregor atacó a un ómnibus de luchadores del campeonato UFC a principios de abril. Los cargos contra él fueron eliminados a cambio de que aceptó realizar trabajos de interés general y una formación para mantener el control de sí mismo.
“Estoy agradecido al fiscal y al juez por permitirme seguir adelante”, dijo el irlandés de 30 años, visiblemente aliviado, al salir del tribunal.
También agradeció a sus amigos, a su familia y a sus admiradores por el apoyo recibido, después de esta resolución favorable que había sido anticipada durante varias semanas.
Normalmente charlatán y a menudo arrogante, Conor McGregor tenía una actitud completamente diferente este jueves, mucho más reservada, tanto en la audiencia como a la salida del tribunal.
Esta acusación había puesto en vilo su carrera deportiva.
“Ahora tiene que volver al trabajo”, dijo su representante, Audie Attar, después de la audiencia.