Mientras en distintas zonas de la capital escasea el agua en otras aumentan sus fugas. Cada vez son más las roturas tuberías y los pozos que inundan las calles y avenidas. Así lo reseña eluniversal.com
Por OMARELA DEPABLOS / ALEXA VIELMA
Si bien los habitantes de la parroquia San Juan tienen servicio de agua solo los domingos, lunes y martes, se puede observar al final de la avenida San Martín una alcantarilla que derrama este líquido elemental sin importar el día de la semana. “Tantas áreas en Caracas con racionamiento y esa agua constante sigue ahí y se pierde, quién sabe cuántos litros son”, manifestó Anderson Tovar empleado de una empresa de la zona.
Otro trabajador del sector Juan Luadarrama aseguró que son más de cinco años que persiste esta problemática. Señaló que vecinos de la zona acuden al lugar con ollas y tobos para recogerla. Entre ellos, está Luz Medina, quien cansada de llamar a Hidrocapital, ya es normal almacenar agua para posteriormente limpiar el inodoro de su casa.
A pesar de que Luadarrama y Tovar suponen que el agua se recolecta para cocinar, Medina aseguró que se desconoce su pureza y no se atreve a utilizarla para otras actividades del hogar. Pese a ello, afirmaron que algunos indigentes la emplean, incluso, para bañarse. Resaltó Luadarrama que “Hidrocapital ya ha venido miles de veces, arregla la tubería en la mañana y en la tarde se vuelve a averiar”, dijo. Por otro lado, los vecinos de Colinas de Vista Alegre denunciaron que hay una rotura de la tubería matriz a nivel de la Gran Misión Vivienda en Los Caciques.
Alma Clara Mederico, vecina de la zona denunció que este problema tiene dos semanas y temen quedarse sin servicio de agua definitivamente. Otras zonas sin agua y afectadas por estas fugas permanentes son los municipios El Hatillo, con 90 botes de agua, Chacao con más de 60, según reportan las autoridades locales, Mientras que en Sucre también alertaron sobre fugas en el Marques y El Llanito, entre otros sectores.
Según Norberto Bausson, ex presidente de Operaciones de Hidrocapital, esto ocurre porque la red de distribución de agua, conformada por unos 4 mil kilómetros de tuberías, tiene entre 30 a 40 años que cumplió su vida útil. Para evitar estas roturas, se requiere que se sustituyan mínimo 40 kilómetros al año y una política de mantenimiento preventivo constante.