La tradición comenzó el 12 de abril de 1961, y desde entonces no hay astronauta ruso que no lleve a cabo el ritual antes de partir al espacio. Antes de abordar la entrada a su nave para el despegue, los cosmonautas se aseguran de orinar en el neumático del autobús que les lleva, reseña Gizmodo.
Aparentemente, todo se remonta a Yuri Gagarin, el primer hombre en emprender un vuelo espacial. Gagarin llevó a cabo esa “primera” parada en el neumático trasero derecho del autobús que lo llevó a la plataforma de lanzamiento el 12 de abril de 1961.
Aunque probablemente lo hizo por necesidad y no por el deseo de iniciar una tradición de lo más peculiar, al hombre que hoy es un héroe nacional le siguieron otros astronautas rusos emulando su acción.