La Oficina del primer ministro, Keith Rowley, de Trinidad y Tobago (TT), anuncio ayer un acuerdo con Venezuela para recibir gas natural proveniente del campo Dragón, que conforma juntos con los campos Patao, Mejillones y Rio Caribe, el desarrollo de gas costa afuera Mariscal Sucre o Gran Mariscal de Ayacucho, en sus inicios conocido como Proyecto Cristóbal Colón.
Especial de Nelson Hernández | ingeniero energista @energia21
En una Venezuela excedentaria de gas natural, la noticia no sería preocupante, ya que habría que buscarle mercado a tal excedente. Pero la situación real es que el país atraviesa por una escasez de gas del orden de los 2.000 millones de pies cúbicos diarios (MPCD), lo que ha obligado a utilizar hidrocarburos líquidos de alto valor de exportación.
Los planes de PDVSA desde el año 2005 (ninguno se ha cumplido), establecía para el 2018, una producción de 10.270 MPCD, donde la participación de los desarrollos de gas costa afuera son básicos. La realidad ha sido otra, ni la producción de gas en tierra ni la de costa afuera se ha visto incrementada, originando la escasez ya indicada.
Los 4 campos que conforman el Proyecto Mariscal Sucre (PMS), fueron descubiertos en Patao en 1979, Dragón y Mejillones en 1980 y Rio Caribe en 1981. Los volúmenes de reservas de gas en Tera pies cúbicos son 4.1; 3.1; 5.0 y 2.1, respectivamente, para un total de 14.3 TPC.
El Proyecto Mariscal Sucre ha pasado por diferentes esquemas de desarrollo con diferentes empresas internacionales de petróleo y gas, siendo la traba principal para su explotación el tema del precio. Por tales motivos, PDVSA decidió llevar a cabo el desarrollo del campo Dragón con recursos propios. Para los otros campos PDVSA firmó en el 2017 una carta convenio con la empresa rusa Rosneft para su desarrollo.
El convenio T&T y Venezuela consiste en realizar la interconexión entre el campo Dragón y el campo Hibiscus mediante un gasoducto a construir de 17 Km., tal como lo indica la gráfica, a un costo de 100 millones de US$. El 15-03-17, Shell se incorpora al convenio.
Se menciona que el volumen a suministrar es de 150 MPCD para el 2020, hasta alcanzar un máximo de 300 MPCD en el 2022, y continuar con este volumen por 20 años más. Este volumen está dirigido al complejo de licuefacción de gas Atlantic LNG, ubicado al Sur-Oeste de Trinidad, lo cual indica que ese volumen de gas está dirigido al mercado internacional del GNL. Para efecto de comparación, para mayo de 2018, el precio del GNL (landed cost) importado por USA desde T&T es de 4.27 $/MBTU (4.27 $/kPC).
Cálculos estimados, establecen que para este landed cost, el mejor precio para el gas a boca de pozo es de 1.0 $/MBTU, precio que podría cobrar Venezuela…. ¿Será este precio suficiente?
Ahora bien, por razones legales, el convenio debe ser discutido y aprobado por la Asamblea Nacional, en caso contrario es ilegal e improcedente.
Finalmente, esta negociación beneficia mucho más a T&T, ya que es una parte clave de la estrategia de este país para poner fin a casi 5 años de restricciones de suministro a industrias críticas basadas en gas. Caso contrario para Venezuela que por necesidades de divisas monetiza un gas que estaba reservado para el desarrollo nacional. En otras palabras, PDVSA compromete el futuro del país.