El ministro de la Seguridad Pública de Brasil, Raul Jugmann, admitió hoy que el Gobierno debe mejorar el proceso de “interiorización” de venezolanos que entran por el empobrecido estado de Roraima y reiteró la solidaridad con los inmigrantes en su visita a la ciudad fronteriza de Pacaraima.
Pacaraima es la principal puerta de entrada de miles de venezolanos que huyen de la crisis económica y social de Venezuela y el pasado fin de semana fue escenario de incidentes violentos contra un campamento de inmigrantes.
Jugmann citó la solidaridad que los colombianos tuvieron con los brasileños durante el accidente del vuelo del Chapecoense cerca de Medellín, en el que murió la mayor parte de los jugadores de la plantilla.
“Vengo de Colombia, donde ocurrió la tragedia del Chapecoense. Vimos como los colombianos se movilizaron para atender a los brasileños, me acuerdo que mientras sufríamos con la pérdida de los jóvenes, sonreíamos por la solidaridad”, afirmó el ministro en declaraciones a los periodistas.
El titular de Seguridad reconoció que el Gobierno necesita ser más “ágil” a la hora de trasladar a los venezolanos desde Roraima hasta otros estados de Brasil, aunque resaltó la importancia de la cooperación con los gobiernos regionales.
El Gobierno ha trasladado a 800 venezolanos a otras ciudades del país en los últimos años y, después de la tensión del fin de semana, anunció la “interiorización” de otros 1.000 inmigrantes.
Asimismo, Jugmann descartó la transferencia de más recursos para el estado de Roraima, conforme solicitó su gobernadora, Suely Campos en un oficio enviado al mandatario brasileño, Michel Temer.
Entre las demandas recogidas en el oficio está el resarcimiento a los cofres del empobrecido Roraima de unos 185 millones de reales (unos 45 millones de dólares), que el Gobierno regional estima que ha desembolsado de manera extraordinaria para atender a los ciudadanos del vecino país.
“El Gobierno del estado tiene 70 millones de reales que todavía no gastó en el área de salud”, sostuvo el ministro.
Las autoridades brasileñas calculan que en el último año y medio han ingresado a Brasil unos 50.000 inmigrantes venezolanos vía Roraima, la mitad de los cuales se habrían instalado en condiciones muy precarias en Boa Vista, la capital regional.
Se estima, además, que unos 400 entran diariamente a Brasil para huir de la crisis política, económica y social que atraviesa el vecino país.
EFE