“Tenemos que ir a una disciplina fiscal prusiana (¿?) y eliminar definitivamente la emisión de dinero no orgánico, vamos a la meta de déficit fiscal cero”…. “Tuvimos que ir a la emisión de dinero para respaldar las misiones socialistas, la construcción de viviendas, el sistema de bonos, los aumentos bimensuales de salarios. Diría, así es la vida, nos tocó jugar así”, reconoció el mayor vocero del régimen, lo que no ha reconocido el régimen, es que ellos ganaron ese juego sucio y más del noventa por ciento de nosotros perdimos, así es la vida con este régimen en nuestro país.
Mientras al régimen le “tocó jugar” y ganar tiempo en el poder porque muchos le siguieron su juego, ahora más del 90% de la población perdimos nuestra calidad de vida, nuestra salud, muchos kilos de peso, desgaste de nuestro organismo por desnutrición y para muchos, muchísimos compatriotas, hasta la vida misma. Tenemos casi veinte años con este régimen jugando al comunismo, destruyendo nuestra nación que ya la generación de impuestos no es suficiente para cubrir el gasto público porque nuestra población no consume lo suficiente y la actividad económica es tan incipiente que es mínimo lo que se recauda.
La destrucción sistemática del aparato productivo privado, de Pdvsa y de las industrias básicas por parte del régimen, son la consecuencia de que exista un déficit fiscal. Esto debido a la imposibilidad de que los consumidores y los sectores productivos no puedan aportar suficiente pago de impuestos como en otros países. Estamos desde 2014 con un déficit fiscal inducido por el régimen. Este déficit es cubierto con la emisión de dinero inorgánico, es decir sin el respaldo de un crecimiento económico que lo sustente con la oferta de bienes y servicios que cubra la demanda del consumidor, de allí proviene gran parte del aumento de la escasez y de la hiperinflación.
Al emitir moneda sin ningún tipo de respaldo, el régimen va en contravía de la solución del problema y la consecuencia es mayor cantidad de masa monetaria, ante una contracción de la producción y de la oferta de bienes y servicios frente a una demanda ampliada artificialmente. Resultado: hiperinflación y mayor escasez.
La emisión de dinero inorgánico para respaldar las misiones “socialistas”, el sistema de bonos, los aumentos bimensuales de salarios, son una estafa a la población que la recibe, porque le están proporcionando moneda sin un valor real y con un casi inexistente poder adquisitivo permanente. Igual estafa se comete con la oferta engañosa de viviendas. Anualmente no cubre ni el cinco por ciento de las personas censadas y menos del dos por ciento del déficit existente. Prueba de esto es la caída anual del sector construcción público y privado.
Otra de las consecuencias del juego de emitir dinero inorgánico, es el impacto que ejerce sobre el crecimiento del valor del dólar en relación al bolívar. La población, ante la devaluación diaria de nuestra moneda, entre otras cosas debido a su emisión
desproporcionada, busca protegerse y acude a la compra de una moneda fuerte como el dólar, cada día más escaso. A mayor demanda de dólares con bolívares devaluados mayor será el costo de este.
La meta prometida por el régimen de llegar a tener un déficit fiscal cero es igual de falsa a la meta prometida en el plan de la patria de llevar a cero los niveles de pobreza extrema. Es una mentira del tamaño del globo terráqueo. Cumplir esta meta requiere seguridad jurídica, respeto a la propiedad privada y políticas públicas necesarias para estimular la producción nacional y la oferta de bienes y servicios, aumentando de esta manera la recaudación de impuestos. Estas medidas deben ir acompañadas de decisiones que deben ser tomadas por el Estado como: restablecer la independencia del BCV, reducción del gasto público, privatizar las empresas intervenidas o expropiadas y restablecer el pago de impuestos de Pdvsa y de las empresas dedicadas a las importaciones, entre otras.
Lógicamente esto no se va a lograr con este régimen. Conciudadanos el cambio es nuestra decisión. Tenemos un país capaz de recuperarse rápidamente, pero en Democracia.
@fernandocaminop