Aunque la mayoría de los 185 homicidios ocurrieron entre siete de las parroquias de San Félix, Unare concentró la mayor cantidad de asesinatos, decapitaciones y desmembramientos en el periodo entre marzo y junio, analizado por el capítulo Ciudad Guayana de Monitor de Víctimas. Con 27% de los homicidios, está en el primer lugar en violencia, seguida de Chirica, con 15%, y de Simón Bolívar, con 13%. Junio es, hasta ahora, el mes más violento de 2018: 53 de estos crímenes fueron perpetrados durante ese mes, publica Correo del Caroní.
Escasez de alimentos, medicinas e hiperinflación no son los únicos obstáculos que sortean los venezolanos en la peor crisis socioeconómica que ha atravesado el país en su historia: la criminalidad y la impunidad con que operan las bandas delictivas y los homicidas sigue siendo uno de los grandes problemas que las autoridades no han podido frenar. Solo entre marzo y junio de 2018, Monitor de Víctimas contabilizó 185 homicidios en Ciudad Guayana. La cifra confirma que la delincuencia sigue imponiendo sus reglas tanto en Puerto Ordaz como en San Félix.
El mes más violento fue junio con 53 asesinatos. Le siguió abril, con 47; mayo con 44 y por último marzo, con 41. Las horas más comunes de los homicidios fueron entre las 8:00 y las 10:00 de la noche (28% de los casos), y las víctimas más vulnerables: hombres morenos de 28 años de edad en promedio.
De las 11 parroquias del municipio Caroní, Unare resultó la más peligrosa al concentrar 49 de los 185 homicidios, el equivalente a 27%. En esta circunscripción, donde se encuentran el 90% de las comunidades informales de Puerto Ordaz, 2,5 de cada 10 víctimas de homicidio tienen “ajuste de cuentas o venganza” como móvil del crimen.
En Unare, específicamente en la invasión Villa Bendición de Dios, la violencia se tornó dantesca cuando, entre marzo y mayo, una banda delictiva que controla el barrio decapitó a tres vecinos como forma de resolver sus altercados y a la vez sembrar el miedo. Y lo lograron. El miedo reina en todas las invasiones vecinas, pese a que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) alegó haber desmantelado al Tren de Margarita, como se denominaba el grupo criminal responsable de las decapitaciones y de extorsionar a la comunidad.
En otro sector de Unare, la Policía del estado Bolívar (PEB) encontró el cadáver de una mujer desmembrada: su cuerpo fue encontrado en pedazos, guardados en bolsas plásticas en distintos lugares de un monte aledaño al urbanismo de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) Villa La Paragua, ubicado en la avenida Atlántico. Marisol del Valle Blanco, de 38 años, fue asesinada por su ex pareja y las autoridades tardaron casi dos meses en dar con su cuerpo.
Unare es una de las tres parroquias de Puerto Ordaz, la zona más planificada de Ciudad Guayana. Las parroquias mejor planificadas, Universidad y Cachamay, concentraron solo siete homicidios entre las dos en el periodo analizado.
Las siguientes dos parroquias más peligrosas de Guayana están ubicadas en San Félix, la otra mitad del municipio Caroní. El segundo lugar lo ocupa Chirica, donde ocurrieron 28 homicidios, que representan 15%. El tercer lugar es de la parroquia Simón Bolívar, con 24 asesinatos, equivalentes a 13%.
De los 185 crímenes, 129 sucedieron en San Félix y 59 en Puerto Ordaz, por lo que este lado de Ciudad Guayana sigue siendo el más peligroso. Sin embargo, una sola parroquia de Puerto Ordaz concentró casi el doble de homicidios que la parroquia más violenta de San Félix: Unare superó por 21 crímenes a la parroquia Chirica, que ocupó el segundo lugar con 28 homicidios.
No es nuevo. Según cifras de Correo del Caroní, Unare fue la parroquia más violenta del municipio Caroní en 2016. Dos años después, las cifras de Monitor de Víctimas reflejan el fracaso de las políticas de seguridad del Estado en frenar la tasa de homicidios y la criminalidad en Guayana.
Arma y móvil del crimen
68% de los homicidios fueron perpetrados con armas de fuego cortas; 16% con armas de fuego cortas y largas al mismo tiempo, y 7% con armas blancas. Las cifras reflejan, nuevamente, la facilidad que tienen las bandas criminales de hacerse con armamento pese a que su comercio legal está suspendido en Venezuela desde hace varios años.
Ucapitularnare fue la parroquia más violenta del municipio Caroní en 2016. Dos años después, las cifras de Monitor de Víctimas reflejan el fracaso de las políticas de seguridad del Estado en frenar la tasa de homicidios y la criminalidad en Guayana.
El principal móvil en la data de homicidios, 39% de los crímenes contabilizados entre marzo y junio, es ajuste de cuentas o venganza. El otro móvil más recurrente en los homicidios registrados en Ciudad Guayana es el de resistencia a la autoridad, con 33%, equivalente a 59 casos. 51 de estos crímenes fueron perpetrados por funcionarios del Cicpc, cuatro por la PEB y tres por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). La mayoría de estas ejecuciones extrajudiciales ocurrieron en marzo.
La tercera causa de homicidios en Ciudad Guayana es el robo, con 23 casos (13%).
De acuerdo con los datos, la mayoría de los victimarios fueron civiles, quienes perpetraron 95 de los crímenes (60%), seguidos de los funcionarios policiales, responsables de 59 homicidios. En 28 casos, Monitor de Víctimas no pudo precisar el victimario.
La edad promedio de las víctimas fue 28 años. 95 de estas eran menores de 30 años, 22 tenía entre 18 y 20 años, y otras siete víctimas fueron niños o adolescentes. En 53 asesinatos las autoridades no suministraron la edad o la cédula de las víctimas. Por otra parte, del total de asesinatos, cinco víctimas fueron mujeres.
Huérfanos por la violencia
Durante el registro se comprobó que 23 de las víctimas dejaron hijos menores de edad, lo que totalizó 40 niños y adolescentes que quedaron huérfanos de padre o madre entre marzo y junio en Ciudad Guayana. Además, 27 de las víctimas eran el principal sustento de su hogar, lo que se tradujo en 71 familias desamparadas económicamente tras la pérdida repentina del padre o cabeza de familia en un homicidio.
158 asesinatos en cuatro meses, en una ciudad de poco menos de 1 millón de habitantes, son parte del retrato del municipio Caroní, la novena urbe más violenta del mundo de acuerdo con la asociación civil mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, que este año calculó una tasa de 80,2 muertes por cada 100 mil habitantes para Ciudad Guayana.