Conductores venezolanos hacían fila el martes en estaciones de combustible de la región fronteriza de Ureña antes de la puesta en marcha de un nuevo sistema de cobro anunciado por el presidente Nicolás Maduro, que ha generado incertidumbre sobre los precios, los mecanismos de pago y los subsidios asociados.
El mandatario dijo que desde el martes y por 15 días se probará en áreas de frontera un nuevo sistema para cobrar el combustible que funciona como un punto de pago electrónico tradicional, pero con la huella dactilar del comprador y con el llamado “carnet de la patria”, un instrumento del gobierno para la entrega de beneficios.
Maduro resaltó que el país, que tiene la gasolina más barata del mundo, pasará entre septiembre y octubre a venderla a un nuevo “precio internacional” y aplicará un esquema de subsidios para los conductores que posean el carnet, aunque no dio detalles de los valores.
En algunos puntos de la zona fronteriza con Colombia había largas filas de autos que esperaban cargar combustible bajo el mecanismo utilizado hasta ahora, con billetes y no con máquinas de puntos de pago, ante la vigilancia de unidades de la policía y el Ejército, según testigos Reuters.
En Ureña funcionan tres estaciones de servicio a las que llegaron los nuevos dispositivos de pago, pero según la propietaria de una de esas gasolineras, los equipos carecían de un código para activarlos.
El personal que despacha la gasolina no sabe cómo usar los datafonos o puntos de venta, agregó la mujer bajo condición de anonimato por temor a contrabandistas que operan en la región.
Habitantes de la zona dudan del funcionamiento del sistema ya que muchos sitios no tienen internet y hay constantes fallas en el suministro eléctrico.
Algunos expertos calculan que Venezuela, donde hay escasez de alimentos y medicinas, pierde al menos 5.000 millones de dólares anuales por vender gasolina a precios fuera de mercado.
Unay Bayona, un comerciante independiente de 24 años, dijo a Reuters a la entrada a una estación de servicio que en los puntos de suministro no se ha instalado aún el sistema de pago con el “carnet de la patria”.
“El contrabando (de gasolina) va a seguir porque no hay otra alternativa de trabajo y no saqué el carnet de la patria porque siento que no lo necesito”, dijo el comerciante.
José Gregorio Coronel, un funcionario público de 26 años, dijo que la población está expectante.
“Se ven las estaciones de servicio a la espera de la instalación del sistema”, dijo. “Estamos a la expectativa porque el Gobierno no ha dado precios, porque solo se oyen versiones de que va a costar 10 bolívares” el litro, equivalente a unos 16 centavos de dólar a la tasa oficial de 61,02 bolívares por dólar.
El actual precio de un litro de gasolina equivale a milésimas de dólar, pero además no hay billetes de denominación tan pequeña para pagar tras la reconversión monetaria aplicada el 20 de agosto que eliminó cinco ceros al bolívar. Los compradores suelen llenar sus estanques y dejar el cambio como propina a los despachadores.
“Veo mucha desorganización porque no arrancó hoy nada”, dijo Coronel en Ureña.
Reuters