El grafiti de José Vicente Rangel, alcalde del municipio Sucre, se extiende por un camino en que vehículos y personas lo transitan en zigzag: Antes de llegar a la entrada del barrio El Cerrito en la parroquia Petare, el paso se vuelve lento, los carros se orillan e intentan circular por el borde. Otros huecos forman parte de reparaciones de tuberías que han realizado las autoridades y así los han dejado.
Por Carmen Victoria Inojosa / Crónica Uno
El hundimiento de la calle toma gran parte de la vía, temen que por el tránsito pesado, se venga abajo el asfalto y queden comunicados. Pero esto es tan solo un paso más por dar a escasos metros de arribar al olvido.
“En la gestión de este alcalde no se ha hecho nada”, dice Aimara Mora, del consejo comunal El Cerrito. Lo dice entre moscas que patean la cara y gusanos de aproximadamente dos centímetros de largo que salen de una montaña de basura que desde hace más de un mes se encuentra en la calle Colinas de Monagas.
La escena invade los sentidos. El olor se expande tan rápido como se reproducen moscas y gusanos. “Esos bailan aquí a su antojo”, suelta Aimara, mientras los esquiva. Se trata de la entrada y salida de las personas de la comunidad, quienes al pasar miran hacia abajo y no se detienen. Los más cercanos, arrojan cal para impedir que los gusanos también irrumpan sus viviendas.
Lea la noticia completa en: Crónica Uno