La solicitud de extradición contra Claudia Díaz y Adrián Velásquez planteada en la Audiencia Nacional de España es una evidencia más de la guerra existente entre las bandas de delincuencia organizada financiera del chavismo y el madurismo. Así lo expresó Carlos Tablante, autor del libro Estado Delincuente (2013) y coautor de El Gan Saqueo (2015), en declaraciones exclusivas a NTN24, a las puertas de la Audiencia Nacional española, al finalizar la vista en la que estuvo presente la acusada. La decisión final se conocerá en los próximos días.
Los abogados de Díaz alegan una supuesta persecución política contra la ex tesorera nacional y su esposo, ex escolta de Chávez. Justifican la fortuna de la ex enfermera de Chávez y de Velásquez, como de “bienes familiares producto de las actividades económicas de la madre de Adrián Velásquez, quien sería una empresaria hotelera”.
Tablante – quien viene denunciando el caso desde 2013 – rechazó la supuesta persecución política señalando que “son todos caimanes del mismo pozo. Se trata de una disputa por el botín”. Recuerda que en la investigación periodística de los Papeles de Panamá figura un entramado de empresas registradas en ese país y en las Islas Seychelles donde aparecen las huellas de transferencias realizadas a favor de por lo menos una empresa – INVESCO CAPITAL FUND INC– de Adrián Velásquez por parte de quien sería su principal testaferro, Raúl Gorrín, dueño de Globovisión, Banco Plaza y Seguros La Vitalicia.
En opinión del ex ministro anti drogas, España debe investigar a fondo el origen del ostentoso balance patrimonial de la pareja de ex militares, integrado por apartamentos, casas de lujo y empresas en Caracas, Panamá, República Dominicana, Miami y Madrid. Igualmente, las cuentas bancarias en bancos no solo de la capital española sino, por ejemplo, en Suiza, especialmente en la Banca Svizzera Italiana (BSI) de Ginebra, Suiza, absorbida en 2017 por EFG Bank.
Tal como lo denunció CuentasClarasDigital, en diciembre de 2011, Raúl Gorrín efectuó una transferencia de 6.3 millones de dólares a la cuenta de la empresa INVESCO CAPITAL FUND INC de la cual Adrián Velásquez es propietario, a la cuenta No. 10938561 del BSI SA ubicado en el número 8 del Boulevard du Theatre de Ginebra (detalles en la gráfica).
En varias investigaciones que adelantan autoridades de EEUU aparecen mencionados Díaz y Velásquez debido a sus vínculos con Alejandro Andrade que ocupó el cargo de tesorero nacional antes que Díaz. Andrade también había sido guardaespaldas de Chávez . Tanto durante su gestión al frente de la Oficina Nacional del Tesoro como luego con su sucesora Díaz y después con Carlos Erik Malpica Flores, se sucedieron millonarios negociados irregulares en base al diferencial cambiario con bonos de la República, notas estructuradas, pago de intereses de la deuda externa y préstamos en bolívares pagaderos en dólares que generaron multimillonarias y grotescas ganancias para operadores como Raúl Gorrín y sus cómplices necesarios en la tesorería y en Pdvsa, de la cual Malpica Flores (sobrino de Cilia Flores) era vicepresidente de finanzas.
Tablante solicita a las autoridades españolas y estadounidenses investigar y enjuiciar a Claudia Díaz y Adrián Velásquez por blanqueo de capitales y delincuencia organizada transnacional. Las evidencias están en su balances patrimoniales tal como develaron los Papeles de Panamá, los libros Estado Delincuente y El Gran Saqueo, así como CuentasClarasDigital, espacio especializado en temas de prevención de blanqueo de capitales.
“Haciendo un seguimiento de manera exhaustiva a los gastos e inversiones de los acusados en diferentes jurisdicciones se encontrarán las imborrables huellas de los movimientos de capitales relacionados con la corrupción oficial en Venezuela, que a pesar del trabajo cosmético que realizan costosos bufetes de abogados y contadores, están presentes como evidencias para el juicio correspondiente, la posterior recuperación del dinero público y la reparación del grave daño causado al patrimonio de todos venezolanos”, finalizó Tablante.
Nota de prensa.