El nombre Aldi Novel Adilang se hizo famoso en las últimas horas. El video del rescate del adolescente indonesio se viralizó en todo el mundo, conmoviendo a millones. Pero pocos saben que detrás de su travesía se vivieron momentos de angustia extrema y de pensamientos suicidas.
Por Infobae
Es que el adolescente indonesio sobrevivió casi siete semanas a la deriva en el mar después de que una trampa flotante de madera para peces provocara que su embarcación comenzara a navegar sin rumbo. Y durante esas semanas interminables, varios barcos lo ignoraron… en medio del mar.
Los padres de Aldi, de 18 años, y el consulado de Indonesia en Osaka, Japón, dijeron que fue rescatado por un barco de bandera panameña frente a Guam el 31 de agosto y que regresó a Indonesia a principios de este mes.
Adilang era el guardián de un rompong -una balsa de pesca de madera con una cabaña en la parte superior- amarrado a unas 78 millas (125 kilómetros) de la costa de Sulawesi del Norte.
Su padre, Alfian Adilang, dijo que la familia está encantada con su regreso, pero enojada con su empleador. Todos daban por muerto al joven Aldi, cuyo video de rescate por parte de los panameños se hizo famoso y recorrió canales de todo el planeta.
Los informes de los medios locales dicen que sobrevivió comiendo provisiones guardadas en su choza y pescando. Pero también con una biblia, que le sirvió de refugio en momentos de angustia y desesperación.
La pequeña cabaña de madera flotante estaba anclada al lecho marino por una larga cuerda que finalmente se cortó como consecuencia de los fuertes vientos de julio que rompieron sus amarras y enviaron a Aldi a la deriva al océano.
Aldi tuvo apenas días de suministros y sobrevivió pescando, quemando leña de su cabaña para cocinar y bebiendo agua de mar a través de su ropa para minimizar su consumo de sal.
Pero también muchas embarcaciones lo ignoraron en medio del océano. “Cada vez que veía un gran barco, dijo, tenía esperanzas, pero más de 10 barcos lo habían pasado y ninguno de ellos se detuvo ni vio a Aldi”, dijo Fajar Firdaus, diplomático indonesio del consulado en Osaka al diario Jakarta Post.
Desesperado, Aldi pensó que nunca volvería a ver a su familia. Entrevistado por TribunManado, el adolescente indonesio dijo que creía que “iba a morir por ahí”. En un momento de la travesía dijo que pensó en quitarse la vida y consideró saltar al océano, pero recordó los consejos de sus padres para orar en momentos de angustia. La biblia le ayudó a atravesar los peores momentos.