Universidad en emergencia, por José Alberto Olivar

Universidad en emergencia, por José Alberto Olivar

 

 

Como parte de la estrategia de exterminio generalizado orquestado por el régimen que nos tiraniza, los universitarios ocupan el primer lugar en la lista, dado el tenaz rol de resistencia asumido desde hace casi veinte años. Aun cuando, en el elenco gubernamental ha hecho pasantía algunas figuras provenientes de las principales casas de estudios del país, de manera particular de la Universidad Central de Venezuela, así como aquella carantoña de instalar en el Aula Magna la otrora Constituyente de 1999, el efecto aplanadora contra la Universidad venezolana ha sido brutal.





A estas alturas no extraña que eso haya ocurrido, dado que esa pseudo elite intelectual, no fue más que cazadora de oportunidades cuyo resentimiento y frustración se vio satisfecha al aceptar las prebendas que la naciente revolución les ofrecía.

Mediocres universitarios a los que el ascenso en el escalafón le generaba urticaria y se escudaban en fútiles excusas. Esos y sus discípulos más hoscos son los que ahora, se coligan para cercenar derechos laborales conquistados tras largas décadas de presión en la calle.

Es tal la perversidad, que a esa élite inmoral que ostenta el poder, ha llegado al punto de no importarle afectar incluso a sus propios adeptos en el sector universitario. Y es que a la hora de acudir a un recinto hospitalario para tratar una emergencia médica, tanto obreros, administrativos y profesores, se topan con la imposibilidad de ser atendidos debido a la inefectividad del Sistema Integral de Salud del Ministerio de Educación Universitaria (SISMEU) que terminó por cercenar la irrisoria autonomía detentada en materia de administración de los Seguros Médicos, por parte de las Universidades Nacionales.

La tragedia que significa ver morir a familiares de universitarios, condenados a no recibir de forma oportuna los tratamientos para enfermedades crónicas, por ejemplo, es prueba fehaciente del plan genocida concebido para aniquilar a un segmento de la población que le resulta una carga.

Esa es la cruda realidad que los áulicos patronales del régimen, pretenden silenciar con anuncios bobalicones y fotografías de postín con los verdugos  ministeriales y el fulano buque chino invasor camuflado de hospital flotante.

Frente a ello, los universitarios una vez más se niegan a claudicar, pese a la campaña de odio y de miedo diseminado. La Universidad venezolana por boca de todos los gremios que la integran, grita al unísono ¡BASTA YA!