En morgue de Barcelona los cadáveres se descomponen porque las cavas no funcionan

En morgue de Barcelona los cadáveres se descomponen porque las cavas no funcionan

Foto: Cavas de la morgue Barcelona Anzoátegui / Prensa

 

“Los anzoatiguenses están pasando por triple dolor cada vez que muere un familiar: pierden físicamente a un ser querido, luego tienen que padecer para conseguir recursos y sepultarlo, pero mientras eso ocurre los ven descomponerse en la morgue del hospital Razetti de Barcelona que se encuentra en condiciones deplorables y los parientes no tienen recursos para cancelar un servicio funerario”.

Estas son las palabras del abogado José Santoyo, quien aseguró haber sido testigo del inicio de descomposición de un cadáver. “En esta morgue se realiza, al menos, el 80% de las autopsias de quienes fallecen por causas naturales o por alguna enfermedad en la zona norte del estado Anzoátegui. De diez cavas conservadoras, solo funcionan dos”, advirtió el defensor de los derechos humanos.





Santoyo relató que en una de las conservadoras en funcionamiento se hallan cuatro cadáveres cuando tiene capacidad solo para uno, mientras que la segunda está colapsada con restos humanos y partes de cuerpos que han sido amputados.

“Son imágenes dantescas las que se ven en esa morgue. Por ejemplo, todo ese líquido que destilan los cuerpos cuando están en descomposición corre por las cavas e inunda uno de los cuartos de conservación de la principal morgue del estado Anzoátegui”, describió con estupor el abogado.

Aseguró que no hay capacidad para conservar un cuerpo más en el lugar donde desde enero de 2018 están los cadáveres de Manuel Plaza (29), Rafael Rojas (44), Enrique Sánchez (31) y un ciudadano neogranadino (alias El Colombiano), quien iba a ser repatriado por la embajada de Colombia, pero hasta ahora esa gestión no se ha concretado.

“Antes la gente pedía apoyo a las alcaldías y gobernación, y recibían dinero para sepultar a sus familiares, pero ahora ni para eso hay recursos. Las funerarias para velar, enterrar o incinerar a una persona cobran más de Bs S 20.000, monto que supera los diez salarios mínimos y son pocos los que pueden costear estos gastos. De hecho, algunos han optado por enterrar a sus difuntos en el patio de sus casas, lo cual pudiera generar un problema de salud pública”.

El defensor de los derechos humanos exigió a las autoridades que se ocupen urgentemente de reparar los hornos incineradores y las ocho cavas dañadas para solventar la patética situación que se vive en la morgue del nosocomio anzoatiguense.

 

Nota de prensa

 

Foto: Morgue de Barcelona, Anzoátegui / Prensa