El ciudadano sueco Jon Svensson prefirió abandonar todas las ventajas que ofrecía su país para mudarse a Venezuela a principios del mes de septiembre por considerar que el régimen de Maduro garantiza alimentos a la población, fue el destino elegido tras graduarse hace un año como sociólogo en su tierra.
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El territorio venezolano afronta actualmente una grave crisis en todos los aspectos con los establecimientos sin comida, una moneda sumida en una hiperinflación que no parece tener fin, protestas y la población recurriendo a elecciones extremas para poder medio sobrevivir. Pero al menos, Svensson ve una versión totalmente distinta al indicar que “la comida está garantizada aquí”.
El individuo considera que el sistema de Suecia para la distribución de alimentos es profundamente inmoral, y disfruta la oportunidad de vivir en un país donde el gobierno toma en serio los alimentos y se preocupa por su gente. Pese a la complicada situación que se vive en Venezuela debido a la mala gestión del gobierno, Jon lo califica como una “compensación” y sostiene que “el derecho a algo es mucho más importante que la cosa en sí”.
El sujeto sueco ve con entusiasmo la gestión de Nicolás Maduro. “El aire está lleno de derechos, derecho a la vivienda, por ejemplo. Me calienta el corazón saber que todas las personas sin hogar aquí, al menos, tienen derecho a la vivienda”, comentó en el mencionado medio.
Svensson siente temor cuando camina por las calles venezolanas por la inseguridad que mantiene azotada a la población, aunque está “agradecido de que el gobierno al menos le haya dado el derecho a sentirse seguro cuando camina por la calle”. “Siento que hay algo más grande que yo cuidándome aquí, por lo que la única posibilidad de regresar a Suecia es si Suecia sigue el ejemplo de Venezuela e implementa políticas alimentarias más humanitarias”, explicó
Jon hizo una crítica hacia Suecia por la manera en que distribuyen los alimentos en el mercado local. “En Suecia, no tengo absolutamente ningún derecho al entrar en las tiendas de alimentos. Ni siquiera tengo derecho a una manzana. Ese es tu paraíso capitalista allí mismo. Ahora, mira estos estantes de tiendas. Desde aquí tengo derecho a todo lo que quiero ”, cerró.
Con información de Scandinavian Journal