La propuesta esbozada por la Universidad Católica Andrés Bello, en las declaraciones del Director del Centro de Estudios Políticos y Gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón, según la cual es necesario “escoger dentro de la oposición a un “director de orquesta” por el método de primarias pero por selección múltiple (el votante selecciona tres candidatos en lugar de uno)”(ver noticia en http://www.noticierodigital.com/2018/09/proponen-primarias-opositoras-seleccion-multiple/) se circunscribe dentro de la estrategia de la MUD/Frente Amplio de buscar el oxigeno necesario para sobrevivir porque ya su liderazgo está completamente agotado y sin credibilidad ante la sociedad venezolana, y sería impensable concurrir a un nuevo proceso electoral con el régimen, como lo tienen previsto para diciembre si sus lideres no son capaces de vender una limonada fría en un desierto. Así está el nivel de credibilidad de esa gente.
El “think tank” político de la MUD con sede en Montalban sale en su auxilio (y siempre presumiendo que lo hacen de buena fe por aquello de que la mala fe hay que probarla) haciendo una propuesta al país, y llevada al público a través de una de sus anclas comunicacionales televisivas más conocidas, y que por supuesto será gratamente acogida por los lideres de la oposición oficial, que ya tienen varios meses y recursos ya gastados, y avanzando para realizar unas primarias opositoras.
En otras palabras, no es una propuesta a la MUD –que ya tomo su decisión- de parte de los académicos de la UCAB, es una propuesta de la MUD al país pero con el sello de credibilidad y calidad de la Universidad Católica Andrés Bello, para que la sociedad venezolana en su conjunto, la compre y concurra a “validar” a aquellos que resulten electos en ese proceso, así como la solución que concomitantemente le estarían proponiendo al país para resolver la crisis que nos ahorca a todos los venezolanos. Qué manera tan enrevesada de recuperar credibilidad.
Si no fuera porque la oposición oficial es tan retorcida en sus planteamientos al país, la idea no resultaría mala porque está partiendo de un principio democrático universal en el cual todos concordamos: una elección. Pero eso es un gancho que lamentablemente parte de un supuesto equivocado fundamental: los liderazgos no se eligen, se forjan en las crisis. El Profesor Alarcón nos señala de la necesidad de “escoger un liderazgo unitario con la misma gente. Hablar de que se decida este liderazgo en conciábulos entre partidos en los que la gente siente desconfianza… no va a funcionar. La mejor manera… es elegir a ese liderazgo…”.
En otras palabras, de todos aquellos a los que Venezuela les dio la confianza el 6D-2015 para que resolvieran la crisis política que ya era gravísima en enero de 2016, esos mismos personajes vacíos de credibilidad se nos volverían a presentar para decidir a quiénes de ellos la sociedad venezolana “escogería” para conducir el barco opositor.
Si en esa propuesta se incluyera un proceso de elecciones internas y auditadas de todos los partidos que conforman esa “unidad” de la MUD/Frente Amplio, cuyos principales dirigentes se niegan a medirse desde hace muchísimo tiempo y tienen en situación de secuestro a sus propios partidos, la propuesta sería algo interesante que considerar. Pero de la manera en que se presenta, luce lo mismo de siempre: vamos a medirnos de nuevo buscando la legitimidad que solo da el voto popular para renovar los pactos entre los partidos y seguir en el mismo bolero colaboracionista con el régimen.
Los partidos requieren un nuevo pacto porque el nivel de devaluación opositora es tan o más grave que la del signo monetario, y es de tal magnitud que hasta el mismo régimen necesita que haya credibilidad en la oposición que usa para lograr sus fines. Se requiere saber quiénes deben conducir y negociar ante el descalabro que presentan en su conjunto ante la sociedad, y de nuevo se pretende acudir al pueblo venezolano para ponerle un sello calidad a la oposición oficial.
Al pretender “elegir” de entre una clase opositora circunscrita en la misma dirigencia de siempre, porque nunca se han abierto a la democracia en su propia militancia de base, se legitiman a esos mismos cogollos que argumentan están tratando de evitar para que sigan haciendo lo mismo que nos ha hundido como país. Hay que multiplicar los liderazgos políticos como bien me lo explico el Dr. Manuel Rodríguez Mena, fundador de la Cátedra Pío Tamayo de la UCV: “…la concentración del poder político en pocos líderes va en proporción inversa a los intereses de la mayoría ciudadana. Mientras mayor concentración menor posibilidad que los problemas del país se resuelvan” (ver La Multiplicación de los liderazgos, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/05/la-multiplicacion-de-los-liderazgos.html).
Varias han sido las veces en estos años que he abordado en esta modesta tribuna de la red el tema del liderazgo opositor tratándolo desde la perspectiva científica. He expuesto las investigaciones de Simon Sinek y Derek Sivers (ver Tres Dimensiones del 16D en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/tres-dimensiones-del-16d.html y Lecciones de liderazgo de un loco que se marcho, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/02/lecciones-de-liderazgo-de-un-loco-que.html) para poder entender como un líder inspira a la acción y como un liderazgo comienza un movimiento; así como también la experiencia corporativa de Rosalinde Torres (ver Cuestionario de liderazgo en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/10/cuestionario-de-liderazgo.html) para entender que requisitos debe tener una persona para calzar la altísima responsabilidad de dirigir grupos.
De la misma manera he tocado el tema desde mi propia experiencia y perspectiva (ver La búsqueda del liderazgo perdido, en
http://ticsddhh.blogspot.com/2012/11/la-busqueda-del-liderazgo-perdido.html, Un liderazgo que valga la pena, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/04/un-liderazgo-que-valga-la-pena.html, Reflexiones del conuco, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/06/reflexiones-del-conuco.html). En todas ellas de alguna manera llego a la conclusión que en Venezuela hemos hecho como pueblo lo contrario de lo que hace todo el mundo: los liderazgos llegan a las altísimas responsabilidades en nuestro país sin la ética ni la experiencia debidas, y de allí el desastre en donde estamos metidos ahora con los liderazgos de la oposición.
¿Cómo resolver esa situación? No queda otra que participando para generar nuevos liderazgos. Y en ese sentido lograr abrirnos camino en esa nueva selva que para muchos de nosotros significa la política, entendida en los términos actuales. Pero no participando en una elección engañosa y continuista. Me refiero a una participación en los espacios que la necesidad del país crea y que haga resaltar los valores de ese nuevo liderazgo, consustanciado con los problemas reales del país. Los liderazgos no se decretan ni se “eligen”, la situación misma los genera. Lo que hay que garantizar es la existencia de los mecanismos para identificarlos y entregarles el protagonismo necesario para que conduzcan. Esto hay que transformarlo en algo diferente, y es lo que intento comunicar desde este rincón y es nuestra propuesta descentralizadora del Proyecto País Venezuela, que multiplica exponencialmente el liderazgo regional.
En la nota del 2012, La búsqueda del liderazgo perdido, señalaba que debíamos escoger para representarnos solo aquellas personas con conocimiento, tradición y tiempo de añejamiento, no en la política sino en lo que hace con su vida. Que verificáramos su trayectoria y aportes a sus comunidades. No escoger recién llegados sin larga tradición en sus propios campos de actividad. Pedir referencias, investigarlos bien. No dar un cheque en blanco a alguien desconocido. Ser más profundo y crítico en las apreciaciones. Oír sus intervenciones y tratar de sopesar la sinceridad de su discurso y su amor por este país.
Hoy agrego otra más: ni siquiera considerar a nadie que no haya trabajado, que no haya tenido un jefe, que no haya vivido ni enfrentado al mundo. Que no se sientan discriminados los jóvenes. Nunca he sabido de nadie que se haya operado un tumor en la cabeza con un medico recién graduado. Eso no significa que los médicos jóvenes recién graduados sean malos, significa que deben seguir aprendiendo hasta alcanzar la excelencia en sus ejecutorias profesionales. Y eso solo lo da el tiempo y la experiencia. La práctica contra natura ha sido profundamente dañina en estos últimos años para Venezuela.
Hoy estamos en una época de definiciones. Ya es hora que una nueva casta de líderes aparezca para conducir una nueva era de progreso y bienestar. No me preocupa que no hayan entrado a la escena todavía porque sé que aparecerán en el momento preciso y oportuno. Me preocupa que los anteriores, que ya tuvieron su oportunidad y aprovechándose de esa situación, estén tratando de ocupar sus lugares cuando fueron los principales responsables directos e indirectos de toda esta tragedia, lo que hace que el cambio necesario que se debe gestar pueda resultar en todo un fracaso. Evitemos que eso ocurra…
Caracas, 3 de Octubre de 2018
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