El exmandatario boliviano Carlos Mesa lanzó este sábado su candidatura a las elecciones presidenciales de 2019, en las que enfrentará al actual gobernante Evo Morales, quien busca una cuarta reelección consecutiva.
AFP
“He tomado (…) la decisión de ser candidato a la presidencia del Estado. Y lo hago por una razón muy clara, porque éste es un tiempo de inflexión histórica, porque estamos en el comienzo, en el umbral de un nuevo tiempo”, dijo Mesa en un video publicado en su cuenta de Twitter.
Mesa, que gobernó Bolivia entre 2003 y 2005, fue el portavoz de La Paz en la demanda marítima contra Chile, que fue rechazada el lunes por la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Éste fue un revés político para Morales, pues un fallo favorable le permitiría consolidar su polémica decisión de buscar una nueva reelección (rechazada en un referéndum en 2016), según los analistas.
Historiador y periodista de 65 años de edad, los observadores estiman que Mesa es el único político boliviano que puede aglutinar a toda la oposición contra Morales en los comicios de 2019.
“Hay un viejo tiempo que se está acabando, que está agotado, que ha cumplido su ciclo”, dijo Mesa en alusión a Morales, un día después de sellar un acuerdo con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), un partido minoritario, para presentarse en su nombre a primarias partidarias en enero.
En el referéndum del 21 de febrero de 2016 los bolivianos le negaron a Morales la posibilidad de postularse a un cuarto mandato en 2019, pero después un polémico fallo del Tribunal Constitucional le dio luz verde al mandatario para una nueva postulación.
“El presidente Morales es parte ya no del presente y mucho menos del futuro, es parte del pasado, (él) es el pasado. Y lo es porque desgraciadamente ha decidido que el poder es más importante que el proyecto”, dijo Mesa.
“Degraciadamente (Morales) considera que tiene algún derecho adquirido para permanecer indefinidamente en el poder, porque ha decidido por ello darle la espalda al mandato popular expresado en el referéndum del 21 de febrero de 2016”, añadió.
¿Conspiración?
Por su parte, el presidente Morales denunció este sábado una vez más una “conspiración” en su contra de la “oligarquía chilena” y dijo que temía que la oposición boliviana fuera su “instrumento”.
La oposición boliviana puede tener su candidato presidencial, pero no debe ser “instrumento de dominación de la oligarquía chilena, si va a ser instrumento de la oligarquía, seria traición a la patria”, declaró Morales, primer presidente aymara.
Una encuesta de julio pasado colocó a Morales y a Mesa con un empate técnico en una primera vuelta, con un 27% en favor del primero y un 25% en favor del segundo, que obligaba a un balotaje. Empero, en la segunda vuelta, Mesa vencería a Morales con un 48% contra un 32%.
Con una economía robusta y una estabilidad política sin precedentes, la oposición dividida basa su estrategia electoral en el resultado del referéndum en el que los bolivianos rechazaron otra postulación de Morales.