Arabia Saudí amenazó hoy con tomar represalias contra los países que le impongan sanciones, un día después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, advirtiera a Riad de que habrá un “severo castigo” en caso de que se confirme el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, reseña EFE.
La Corona saudí advirtió de que si es objeto de alguna medida económica de castigo por el caso del periodista, que está en paradero desconocido desde el pasado día 2, responderá con acciones de “mayor” envergadura.
“El Reino afirma su total rechazo a cualquier amenaza e intento de socavarlo, sea amenazando con imponer sanciones económicas, usando presiones políticas o repitiendo acusaciones falsas que no socavarán el Reino, sus firmes posiciones y su estatus árabe, islámico e internacional”, afirmó una fuente anónima del Reino a la agencia oficial SPA.
La respuesta saudí se produce un día después de las advertencias vertidas por el presidente de Estados Unidos, el principal socio de Riad, tras la desaparición de Khashoggi, un periodista que escribía en el diario The Washington Post y que había criticado al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman.
Khashoggi está en paradero desconocido desde que entró al consulado saudí en Estambul el pasado 2 de septiembre, para obtener documentos necesarios para tramitar su boda con su novia turca.
“Vamos a llegar al fondo del asunto y habrá un severo castigo”, prometió Trump en una entrevista emitida la noche del sábado por la cadena CBS.
En ella, Trump admitió la posibilidad de que Arabia Saudí esté por detrás del supuesto crimen, aunque Riad ha rechazado de forma vehemente esa hipótesis.
La amenaza de sanciones estadounidenses tuvo hoy un efecto inmediato en la Bolsa de Riad, que experimentó una jornada de grandes fluctuaciones y que concluyó con un abultado descenso del 3,51 %.
El índice Tadawul, el más importante del parqué, terminó la sesión en valores mínimos desde comienzos del año y las acciones de 89 compañías registraron su valor más bajo en 52 semanas, según expertos financieros saudíes.
La desaparición del economista ha causado también una desbandada de patrocinadores de la conferencia Future Investment Initiative, que se celebrará a finales de mes en Riad y que también se conoce como el “Davos del desierto”.
Varios medios que patrocinaban el evento, entre ellos CNN, CNBC, Bloomberg, Financial Times o el japonés Nikkei, han anunciado que se retiran del foro económico, al que sí asistirá la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, a pesar de mostrarse “horrorizada” por la desaparición del periodista.
En su comunicado, el Reino saudí aseveró que el país es indemne a cualquier intento de desestabilización y vaticinó que “estos esfuerzos débiles” de socavar su economía están abocados al fracaso.
Por detrás de los intentos de desestabilización, el Reino saudí señaló que existen “objetivos y agendas ajenos a la investigación”, sin citar a los supuestos responsables.
Baréin fue el primer Gobierno de la región en apoyar a Arabia Saudí, al manifestar hoy su “total solidaridad” con Riad “contra todos aquellos que intentan socavar o que pretenden causarle daños” al país.
El ministro de Exteriores emiratí, Anuar Gargash, también manifestó su apoyo a Riad a través de un mensaje en Twitter el pasado viernes en el que tildó las críticas a Arabia Saudí como una “campaña feroz”.
El ministro del Interior saudí, el príncipe Abdulaziz bin Saud bin Naif bin Abdulaziz, negó ayer que el Gobierno diera la orden de matar al periodista.
El Gobierno turco no se ha pronunciado oficialmente sobre qué puede haber pasado con Khashoggi y ayer pidió a Arabia Saudí más cooperación en la investigación.
La prensa estadounidenses y turca aseguran que existen grabaciones que demuestran que el periodista fue asesinado en el interior del consulado por un equipo de seguridad, que posteriormente desmembró su cuerpo.