Se puso de moda la expresión “chavismo originario” para denotar a todo aquel que abrazaba las ideas iniciales de Hugo Chávez y que acompañaron al Galáctico cuando comenzó la obra de destrucción de la Venezuela que conocimos hasta 1998. Sin embargo, si a ver vamos, las 3.673.685 personas que votaron por ese golpista en 1998 (no me cuento entre ellas) podrían igualmente llamarse “chavistas originarias”. Esto es, de los 6.988.291 de venezolanos votantes (1) en el Registro electoral de entonces votaron por la opción del golpista de Sabaneta de Barinas el 56,20% de ellos, en una participación del 63,45%, 3,3% más que en la anterior elección presidencial (ver Elecciones Presidenciales de Venezuela de 1998,https://es.wikipedia.org/wiki/
Pero ahora resulta que ha surgido un grupo de viejos acompañantes de Chávez e iniciadores de esta tragedia, y que han sido excluidos del chavismo-madurismo actual, que autodenominándose con ese remoquete, tratan de apropiarse de eso que no tenía nombre, dándose a si mismos un carácter diferenciador y “democrático” para distanciarse de esta abominación que ahora nos desgobierna.
La cosa ha llegado al punto que se atreven a dirigirse al Secretario General de la OEA y pedirle una audiencia para ser considerados en una posible transición en el país (ver http://elestimulo.com/blog/
En otras palabras, no contentos con ser parte histórica responsables del comienzo de esta tragedia actual, pretenden de alguna manera un lugar en lo que pueda venir en el futuro. No podía esperarse menos de quien le gritaba desaforadamente “asesino” al Comisario Lázaro Forero, ellos precisamente los protagonistas y responsables de aquel trágico 11 de Abril. Mayor caradurismo-cinismo imposible.
Pero como saben que la memoria de los venezolanos es corta van a la OEA y logran la buena voluntad y la atención de Almagro aprovechando aquello de la necesidad de reconciliación entre los venezolanos (ver https://twitter.com/Almagro_
Y ciertamente la política da para todo, incluso para eso aunque ahora algunos nos parezca asqueante. Sin embargo en el planteamiento de ese acercamiento “chavista” hay un error conceptual que se escapa a simple vista. Ni Juan Barreto ni sus acompañantes son “chavistas originarios”. Esos eran y siguen siendo los aprovechadores de los verdaderos chavistas originarios, quienes en 1998 como demuestran las cifras indicadas, esperaban un cambio en positivo para el país. Aquellos que creyeron que los adecos y copeyanos “eran ladrones”, sin imaginarse siquiera la magnitud a la que podría llegar esa denominación después de 20 años de saqueo ininterrumpido. Lo que había antes de 1998 eran aprendices de rateros en comparación con lo que resultaron ser ellos.
Chavistas originarios eran esos más de 3,6 millones de personas que obstinados del comportamiento de los partidos tradicionales y sus principales dirigentes, primero votaron por Caldera en 1993, como primer chance anti partido, y luego tiraron el resto con el golpista Hugo Chávez en 1998, en una búsqueda infructuosa de la decencia pública y el desarrollo honesto para Venezuela.
Pero ese “chavista originario” al ver los resultados de su error al votar por Chávez en 1998 fue dejando paulatinamente las banderas de esa pseudo revolución, y ahora se encuentra huérfano porque no cree en nadie. Ni en el muerto que dicen que vive, ni en el vivo que se robo al país y lo está dejando morir de hambre y enfermedades. Y mucho menos en estos cadáveres insepultos de ese chavismo inicial que se pretende autodenominar “Chavismo Originario”.
¿A quien encarnó Chávez antes de esas elecciones de 1998? A la Venezuela olvidada por todos los políticos y que en una suerte de cruzada vengadora le prometía al país la cabeza de los ladrones fritas en aceite hirviendo. El resultado de eso era previsible. Esos que compraron ese discurso vengador eran los chavistas originarios. El pueblo llano, aquel que siempre esperó y no le cumplieron, y que ahora es manipulado por el estomago con una caja CLAP.
Ese venezolano no tiene denominación política. Es el que bailaba en las romerías adecas y copeyanas buscando acomodo y que luego de ganar Chávez llenó los mítines del PSUV. Sigue siendo ese venezolano al que se le exploto con populismo clientelar y al acabarse los reales del gobierno ahora busca una nueva esperanza. Pero esa esperanza no puede estar en volver al pasado y mucho menos explorar el sombrío futuro comunista que ofrece el régimen. Pero pareciera que no hay muchas opciones.
El ofrecimiento es o ir a unas elecciones con un árbitro controlado por el régimen, incluido un probable referendo aprobatorio de una constitución comunista, con el visto bueno de una oposición colaboracionista, o esperar por una ayuda exterior que no llega. No son muchas las opciones con las que cuenta ese venezolano.
Sin embargo en esta magnitud de la crisis se están abriendo de alguna manera los canales de comunicación con esa dirigencia que se dice “chavista originaria” que hasta el mismo Secretario General de la OEA les da beligerancia. Lamento esa entrada que les ha dado el Secretario General Almagro. Esos no representan de ninguna manera al pueblo venezolano, como tampoco lo representan aquellos que tienen ahora responsabilidades en el régimen de Nicolás Maduro. No se puede negociar ninguna transición con delincuentes. Con delincuentes se negocia su salida, no cogobierno. No puede haber equivocaciones con eso, en especial de la dirigencia que se dice de oposición radical en Venezuela.
Todo el mundo perdió legitimidad, incluida la oposición oficial. Es necesario el surgimiento de un nuevo liderazgo opositor de relevo –no necesariamente generacional- que esté basado en las actuaciones de cada uno ante las realidades que nos ha impuesto la grave situación política. Y eso solo sale de cada una de las regiones del país a un llamado al constituyente originario.
Ante un llamado a “elecciones de concejales” y “referendo constitucional” la Alianza Nacional Constituyente-ANCO propone la convocatoria a una consulta constituyente SIN CNE y organizada por la sociedad civil con la ayuda de la comunidad internacional, para que el soberano decida (ver ANCO ante la crisis humanitaria continental, en http://ancoficial.blogspot.
Si la cosa es como dice el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, en la Voz de América, entonces que el pueblo decida de verdad: “Espero que el pueblo venezolano restaure la democracia en su país. Si ellos eligen a Maduro, bueno, usted sabe, esa sería la elección de los venezolanos. Como usted dijo, describiendo los horrores que Maduro ha infligido sobre su gente, eso me parece poco probable” (ver entrevista del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo a la Voz de América, enhttps://www.voanoticias.com/a/
De acuerdo a lo anterior se infiere que esperan que la transición salga de un proceso electoral “normal” con estos delincuentes, cosa que no sucederá si no se aplican los métodos disuasivos a los que el mismo Pompeo se refiere: “Confío en que encontraremos otras maneras con las que podamos ejercer presión de una forma que convenza a Maduro de que eso no va a funcionar, que no podrá conservar el poder para siempre y que oprimir a su gente de la manera que usted acaba de describir, es inhumano e inapropiado”. Y para obligar a que eso ocurra será necesario el cambio radical del sistema electoral, tal y como lo sentenció el TSJ legítimo el 13 de junio de 2018. Solo así se podrá contar con la decisión del “Chavismo Originario” verdadero sin mediatización alguna y se podrá decir sin faltar a la verdad que los chavistas genuinos se manifestaron y estamos en presencia de un verdadero proceso de reconciliación entre los venezolanos…
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