Es un hecho, el venezolano no está tomando consciencia de la situación que estamos viviendo. Habitamos una nave, que en algún momento fue declarada Republica llamada Venezuela. No tenemos otro sitio, donde ir a vivir si acabamos con éste. No poseemos la tecnología y los recursos, que nos permita emigrar a más de 28 millones de habitantes, y país que nos reciba.
Este es nuestro único país, y si terminamos cumpliendo el axioma, “el venezolano es el lobo del venezolano”; entonces quedaremos incapacitados para seguir viviendo en santa paz, debido a que estamos en el desarrollo de una guerra entre la ignorancia y el conocimiento, donde predomina la ignorancia como un credo o una profesión de fe.
La crisis que hemos creado, ha hecho que el 90% de la sociedad se convierte en criminógena. La mayoría de sus habitantes no saben lo que quieren, viviendo en el mundo de la inmediatez y el vivismo criollo. ¡No es tiempo de filosofar y teorizar! Es la expresión más sonada en el inconsciente colectivo, que recojo de la mayoría como investigador. ¡Es momento de cambios y refundaciones! ¡Los marines ya vienen! ¡Ellos ya se van! ¡Negociación versión 10! ¡Que si esto, que si lo otro! Son parte de las respuestas obtenidas, como propuestas para la solución del problema. ¡Pero nadie! Mis estimados lectores, muestra un proyecto, un plan y mucho menos una estrategia válida, venida del más profundo análisis y debate pasando por el método científico. Puro ensayo y error y habladera de pendejadas.
Consciente que los partidos políticos tradicionales y emergentes y el liderazgo pre-socrático de la oposición representativa, no tienen la respuesta a la solución del problema. Vivimos con otro sofisma ¡Para que hacerlo fácil, si podemos hacerlo difícil! Dando paso a los intereses mezquinos y egoístas, dentro de la dirigencia política, militar y económica del país.
¡Ahora bien! Teoricemos un momento: ¡Una pregunta interesante desde el punto de vista teológico! es la siguiente: “Sí usted se pudiera comer sus palabras” ¿Su alma estaría nutriéndose o envenenándose? Bueno, os cuento que este trabajo de campo, realizado, en varias ciudades del país, a más de 5 mil personas; terminó respondiendo “envenenándose” en un 82% de los consultados.
Por lo que, termino entendiendo que las malas palabras que salen del “alma” muestran un “alma mala” o es posible, que se auto engañe el “alma buena” dejando salir palabras malas que la pueden comprometer.
Reflexionemos en lo siguiente: “Tomado del segundo libro de la Biblia”. Después de tres meses de haber salido de Egipto, el pueblo de “Israel” llega al desierto de Sin, frente al Monte Sinaí; allí acampa y “Dios” convoca a “Moisés” para un encuentro en la cumbre de aquel monte, con el objeto de instruirle sobre los principios en el cual se basaría su relación con el pueblo de Israel.
“Dios”, que es consciente, omnisciente y omnipotente, sabe de todo cuanto ocurre en el campamento de “Israel” mientras habla con Moisés. Se dirige a él y le hace saber su indignación por la actitud del pueblo y le formula una honrosa promesa.
Entonces “Yavé” dijo: anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y le han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Dijo más “Yavé” a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz, caer en la tentación del inicuo, quien es un poderoso ser espiritual que al principio era un ángel bueno, pero que no permaneció firme en la verdad. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
La idolatría, es la actitud más reprobada y rechazada por “Dios” porque insensatamente el hombre pone en lugar de “Dios” a un objeto u otra persona, desafiando la lógica, como los dos primeros mandamientos. Por ese motivo, y por la insistente rebeldía del pueblo, “Dios” propone un castigo ejemplar: exterminarles; y una honrosa propuesta: hacer de la descendencia de Moisés una nación grande.
Es importante destacar que “arrepentimiento” significa cambio de actitud, cambio de dirección, cambio en la manera de pensar. En varios momentos descritos en la sagrada escritura vemos a “Dios” cambiando alguna determinación suya propiciada por el proceder humano. Este relato nos ilustra como una persona puede lograr que “Dios” cambie el curso de los acontecimientos, aún más que cambie una sentencia, una determinación suya. La metodología es sencilla, Él la reitera en la Biblia, y es ampliamente conocida y repetida entre el pueblo de Dios.
Cuando evaluamos la condición de Venezuela, notamos que no sólo es un “becerro de oro”, un ídolo, al que se le rinde culto; se han construido varios ídolos, desplazando a “Dios” del corazón de los venezolanos. La imagen de alguna deidad, un líder carismático a quien se concibe como “eterno”, una ideología, una organización que está extraviando a esta ¡Tierra de Gracia!
¡Ay de la tierra y del mar! Demonios que son tiranos crueles, perversos y sádicos que disfrutan viendo sufrir a la gente. Han creado la mayor crisis antropológica y teológica de la historia, concluyendo además, que es un error histórico del momento político. Agrego además ¡Los demonios son los culpables del sufrimiento no “Dios”!
¡Es tiempo de transformación! quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñaran del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo, estarán bien equipados para un mundo que ya no existe.
Para ello, debemos hacer una revisión introspectiva, ¿qué está en primer lugar, antes de Dios?, y así ya sabes cuál es tu “becerro de oro” que tienes que erradicar de tu corazón.
Por otra parte, Venezuela necesita intercesores, que como Moisés puedan cambiar el curso de la historia. Es decir, personas que reconozcan la soberanía y el poder de “Dios”, así como que conozcan sus promesas, contenidas en la Sagrada Escritura; pero que aquello no sea una postura religiosa, ni una formula ritual; sino la vivencia de una persona que camina con “Dios” día tras día, y que con frecuencia ascienda a “la cumbre” para hablar personalmente con “El”. Y que cuando se te haga otra pregunta como la del título, recuerdes que “Las cosas que proceden de la boca, salen del corazón”. Entonces, sabrás elegir la respuesta entre nutrida o envenenada.
Gervis Medina
Abogado-Criminólogo