La historia detrás del crimen del periodista Jamal Khashoggi continúa dando un volumen interminable de datos a medida que pasan las horas. Los detalles fluyen a cada momento. A tal nivel que fue ahora un taxista el que también aportó información sobre las horas posteriores al homicidio que conmueve a la comunidad internacional.
Infobae
Ahora, el conductor de un taxi que transportó a parte del escuadrón de la muerte desde el Aeropuerto Internacional Ataturk en Estambul hacia el consulado de Arabia Saudita, indicó qué fue lo que ocurrió cuando los llevó de vuelta a la estación aérea para que regresaran a su país.
De acuerdo a un informe publicado por el diario The Sunday Times, el chofer indicó que a su retorno del consulado los asesinos -en ese momento no sabía de quiénes se trataba- festejaron exageradamente al salir del edificio en pleno centro de la capital turca.
En su testimonio, el taxista señaló que durante el viaje que conectaba la oficina diplomática con el aeropuerto, los saudíes fumaron y bebieron descontroladamente. Estaban festejando. Pero el conductor no sabía de qué se trataba. Ni siquiera hablaba el mismo idioma, así que la barrera para comprenderlos era muy amplia.
A las pocas semanas sabría de qué se trataba todo aquello. “Estaban muy alegres. Fumaban y bebían alcohol en el coche”, dijo a medios turcos.
De acuerdo a la haram -la ley islámica que explicita qué se puede hacer y qué no en aquella religión- la ingesta de alcohol es un pecado. Las prohibiciones están detalladas en el Corán. Define al vino como un “pecado” y una “abominación” en dos de sus surahs: 2:219 y 5:90, respectivamente. Esa abominación se extiende a todas las bebidas alcohólicas.
Otro diario inglés, esta vez el Sunday Express, indicó que Khashoggi tenía pensado revelar que Arabia Saudita utilizaba armas químicas en sus combates contra Yemen, algo que el régimen de la corona quería impedir que se supiera.
Khashoggi desapareció el pasado 2 de octubre en Turquía. La última imagen que se tiene suya data de las 1.14 pm de ese día. Fue cuando ingresó al consulado para pedir un permiso para poder casarse nuevamente. Cuatro horas después, su prometida informa a las autoridades que el periodista pudo haber sido detenido en el interior de la oficina diplomática en Estambul.
A partir de ese momento, la filtración de las imágenes de las cámaras de seguridad comenzaron a mostrar los movimientos en el consulado, con gente entrando y saliendo todo el tiempo, algo muy poco usual en esa sede saudí.