Decenas de mujeres realizaron este jueves un plantón en Managua para exigir la libertad de 14 estudiantes que consideran son “presos políticos”, por haber sido capturados tras participar en protestas contra el Gobierno de Nicaragua.
EFE
El plantón se desarrolló en las afueras del Complejo Judicial de Managua, en el norte de la ciudad, mientras los jóvenes eran juzgados a puertas cerradas, dentro del mismo edificio.
Los estudiantes, capturados entre los meses de julio y agosto, son acusados por “terrorismo” y otros delitos, en el marco de la crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos y al menos 558 “presos políticos”, según organizaciones humanitarias, o más de 200 conforme la información oficial.
“¡Libertad para los presos políticos!”, “¡Justicia, justicia!”, “¡Fuera el dictador!”, eran algunos de los reclamos que los manifestantes gritaron durante el plantón, ante el llanto de algunas de las madres de los reos.
Los acusados enfrentan dos juicios distintos, uno aglomera a nueve estudiantes que sobrevivieron al supuesto “ataque armado” del Gobierno a la estatal Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) el 13 de julio pasado, y el segundo a cinco jóvenes de la ciudad de Estelí, en el norte del país.
Los sobrevivientes de la UNAN-Managua son Jorge Zapata Guillén, Fredrych Castillo Huete, Pedro Aguilar Sánchez, Justino Antonio Jarquín, Alexander Sobalvarro, Martín Jarquín Paz, Jeffrey Isaac Jarquín, Bryan Palma Aráuz y Carlos Varela Pavón.
Los jóvenes de Estelí son Tobías Gadea, Alejandro Ortez, Roguan Ruiz, Kevin Pérez Valdivia y Kitzel Pérez Valdivia.
El Gobierno niega tener “presos políticos” en las cárceles de Nicaragua, en cambio identifica a los manifestantes como “terroristas” y “golpistas”.
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de “más de 300 muertos”, así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
Organizaciones humanitarias locales elevan la cifra de muertos hasta 528.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, niega los señalamientos y sostiene que es víctima de un intento de “golpe de Estado”.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social, y se convirtieron en una exigencia de su renuncia, debido al saldo mortal de las manifestaciones.