El secretario general de la OEA, el excanciller uruguayo Luis Almagro, acaba de crear el Grupo de Trabajo para abordar la Crisis Regional de Migrantes y Refugiados Venezolanos, y puso al frente de esta tarea a un joven opositor al régimen de Nicolás Maduro, publica El País de Uruguay.
Por CARLOS RÍOS
El elegido es David Smolansky, de 33 años, exalcalde de El Hatillo, en Caracas, entre 2013 y septiembre de 2017, cuando él mismo fue obligado a exiliarse por ser condenado a prisión por permitir que se instalaran barricadas en su municipio durante las protestas contra el régimen. Smolansky pertenece al partido Voluntad Popular, del encarcelado líder opositor Leopoldo López. Lo que sigue son las respuestas de Smolansky a un cuestionario que le envió El País.
—Según Naciones Unidas, cerca de 2,4 millones de venezolanos han emigrado debido a la crisis económica y política en su país —de estos 1,6 millones desde 2015—. ¿Qué cifras maneja la OEA en función de que el flujo migratorio no ha cesado en Venezuela?
—Para el momento de esta entrevista ya son 2,6 millones de venezolanos que han huido en contra de su voluntad desde 2014. Tomamos como referencia lo que ha dicho Naciones Unidas, ya que creemos que es fundamental unir esfuerzos en favor de los migrantes y refugiados venezolanos. Todos los días se están yendo 5.000 venezolanos en contra de su voluntad, lo que proyectaría 3 millones o un poco más para finales de 2018. Con esta cifra, los refugiados venezolanos serían más que los de Somalia, Myanmar y Afganistán siendo solo superados por Siria. Es decir, sin estar formalmente en una guerra ni con una catástrofe natural, el régimen de Maduro ha generado la segunda población más desplazada del planeta.
—Una de las misiones del Grupo, además de evaluar la dimensión de la crisis migratoria venezolana y su impacto en la región, está la de movilizar recursos para ayudar a los migrantes y a los países que los acogen. ¿De dónde saldrán esos recursos? ¿Dispone la OEA de un fondo para atender esta emergencia o apelará a aportes extras de los países miembros?
—Se está empezando a trabajar en la generación de recursos para brindar mayor atención a los migrantes y refugiados venezolanos. Son 8 áreas en las que hay que invertir: alimentación, atención médica, educación, infraestructura, capacitación, asistencia legal, vestimenta y actividades que ocupen el tiempo de ocio. La OEA gestionará directa o indirectamente los recursos. Lo que queremos es ser un gran articulador con entes financieros, multilaterales y gobiernos para que estos temas que le he mencionado sean atendidos a la brevedad. Debe haber un fondo de cooperación multilateral, ya que la crisis es de dimensiones nunca antes vista y la respuesta debe ser conjunta, no aislada.
—El régimen de Nicolás Maduro ha minimizado la cantidad de venezolanos que han optado por el exilio y al mismo tiempo ha promovido el retorno de los que emigraron. ¿Hay diálogo con Maduro o funcionarios de su régimen? ¿Qué margen tiene la OEA de acordar un plan de cooperación con el gobierno venezolano?
—No hay condiciones para dialogar en Venezuela. El diálogo siempre ha sido utilizado por Maduro para ganar tiempo, permanecer en el poder, dividir a la oposición y desmovilizar y desmoralizar a la gente. Maduro, al igual que Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez se han burlado de los millones que huyen en contra de su voluntad. Humillan a quien se va con síntomas de desnutrición, malaria, tuberculosis o VIH caminando cientos de kilómetros por semanas buscando ser atendido.
—El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado alarmado por el flujo migratorio hacia la frontera sur de su país, al punto que acaba de amenazar con cortar la asistencia a países centroamericanos por la actual caravana de migrantes. Igual que en el caso de Venezuela, ¿hay diálogo con el gobierno de Trump? ¿Ve a Estados Unidos dispuesto a cooperar con planes para atender a los migrantes o cree que su política seguirá siendo la de detenerlos en la frontera?
—El gobierno de Estados Unidos, así como los países de América Latina y el Caribe, deben entender que el régimen de Maduro representa un factor de desestabilización para la región. Incluso, voy más allá, representa una amenaza cuando se promueve, protege y exporta la economía criminal y cuando se diseña una crisis humanitaria sin precedentes para la estampida de un pueblo que sale con hambre y enfermedades a otros países y los que permanecen en Venezuela son amenazados a través del control social. Nosotros buscamos la cooperación de Estados Unidos, así como de toda la región, para brindarle mayor atención y protección a los migrantes y refugiados venezolanos, así se lo hemos manifestado. Según la Declaración de Cartagena, están todas las condiciones dadas para considerar a los venezolanos como refugiados. Se van por alteración al orden público, violación masiva a los Derechos Humanos, inseguridad y restricción de sus libertades.
—Así como la OEA está trabajando para atender la migración venezolana, ¿hay planes similares para hacer lo mismo por la actual ola migratoria de centroamericanos que se dirige a Estados Unidos?
—Mi labor en el Grupo de Trabajo es atender la crisis de migrates y refugiados venezolanos en la región. Sin embargo, la OEA cuenta con su departamento de migración donde permanentemente se está monitoreando los flujos migratorios en la región para que se le brinde atención y protección basadas en el respeto de sus Derechos Humanos.