“Bohemian Rhapsody” llevó el rock de Freddie Mercury al número uno de la taquilla estadounidense con una recaudación estimada de 50 millones de dólares este fin de semana, informó hoy la web especializada Box Office Mojo.
EFE
Se trata del segundo mejor debut para una biografía musical en EEUU tras las cifras registradas en 2015 por “Straight Outta Compton” (sobre la formación de la banda de hip hop NWA), con 60,2 millones de dólares.
La cinta de Bryan Singer narra el nacimiento de Queen en 1970 y la transformación del adolescente Farrokh Bulsara en el que sería ídolo de masas e icono gay mundial Freddie Mercury, hasta el mítico concierto Live Aid de 1985.
Rami Malek, Lucy Boynton, Gwilym Lee y Ben Hardy son los protagonistas.
“The Nutcracker and the Four Realms” se estrenó en la segunda posición con 20 millones de dólares, el debut más flojo de una cinta de Disney este año.
El filme de Lasse Hallström y Joe Johnston, con Mackenzie Foy, Keira Knightley, Helen Mirren, Morgan Freeman y Eugenio Derbez en el reparto, es una lujosa superproducción basada en el cuento de hadas escrito por E.T.A. Hoffman en 1816 y adaptado al ballet por Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
Otro estreno, el de “Nobody’s Fool”, de Tyler Perry, obtuvo el tercer lugar con 14 millones de dólares.
Se trata de una historia de amor dirigida y escrita por Tyler Perry -todo un icono para la comunidad afroamericana- cuyo objetivo es explorar la realidad carcelaria de muchos afroamericanos y latinos. Tiffany Haddish y Tika Sumpter lideran el reparto.
En el cuarto puesto aparece el drama musical “A Star is Born”, con 11,1 millones de dólares.
El debut tras las cámaras de Bradley Cooper cuenta cómo una joven cantante (Lady Gaga) alcanza el estrellato mientras su pareja, un artista asolado por los fantasmas del pasado (Cooper), comienza a hundirse inexorablemente en el alcohol y las drogas.
Por último, “Halloween” se quedó en la quinta plaza con 11 millones de dólares.
La cinta, dirigida por David Gordon Green, es una secuela directa del clásico de John Carpenter y permite a Jamie Lee Curtis retomar el papel con el que debutó en el cine, el de la sufridora Laurie Strode, que vuelve a ser acechada por el enmascarado Michael Myers, uno de los villanos más icónicos del séptimo arte.