La educación inicial preescolar sufre también los estragos de la crisis. En más de 20 escuelas Fe y Alegría de Caracas la inasistencia de los alumnos aumenta cada semana. En el preescolar Roca Viva de Petare es de 50%, unos 146 niños aproximadamente, aseguró Noelbis Aguilar, directora de la institución, quien expresó preocupación por este hecho. Precisó que en un aula en la que el promedio de matrícula es de 30 a 35, alrededor 15 estudiantes no acuden, y señaló que las causas principales son por el deficiente servicio transporte, la falta comida y la carencia de insumos como ropa o zapatos, publica El Nacional.
Por LUIS A. VARGAS
“En el registro de la segunda semana de octubre del plantel Ciudad de los Muchachos consta que 17 pequeños de 72 no fueron, y en la tercera semana la cifra subió a 25”, declaró Aguilar y añadió que estos números varían de acuerdo con la situación en la que se encuentre la ciudad, ya sea por lluvias, reportes virales o fallas en los servicios.
La docente expresó que algunos representantes no cuentan con recursos suficientes para el transporte, además de tener que enfrentar el conocido problema que el servicio presenta. “También afecta el tratamiento de las aguas. Muchos alumnos se reportan enfermos con diarrea, debido al consumo de aguas insalubres”.
Las escuelas de Fe y Alegría apoyan a los niños de bajos recursos mediante acciones solidarias con la comunidad, que permiten ofrecerles ropa o zapatos, para que vayan a clases. Sin embargo, la educadora señaló que esta ayuda no es suficiente.
La situación es similar en el interior del país. En un aula del Simoncito Azul y Viento de Nueva Esparta, de 19 alumnos inscritos solo van a clase 12. De los 7 que no acuden, 3 de ellos fueron retirados porque se fueron del país, y los 4 restantes no asisten por problemas de transporte. Como viven lejos fueron cambiados a planteles más cercanos a sus viviendas.
La crisis de transporte que azota a toda la isla trastorna también el traslado de los pequeños desde la casa hasta la escuela, el cual es una odisea para los representantes. “Los padres tienen que salir de sus residencias dos o tres horas antes para poder llegar a tiempo. Este problema afecta a los que viven más lejos”, declaró un docente del preescolar.
Los alumnos que van a Azul y Viento no reciben una alimentación balanceada, con los nutrientes necesarios; por el contrario, les dan una comida monótona que repite los granos de manera interdiaria: “Ellos solo están comiendo granos, a veces caraotas con arroz o lentejas con arroz, o pasta con caraotas; no les dan proteínas como carne o pescado, y tampoco frutas”, declaró un representante y agregó que en los desayunos suelen suministrarles arepa sin ningún tipo de relleno.
Tulio Ramírez, profesor titular e investigador de la UCV, afirmó que la educación preescolar es la etapa más importante, pues en ella se obtienen las herramientas necesarias que serán utilizadas por los cursantes en las etapas siguientes de su preparación académica. “Allí se les enseña a afinar destrezas, competencias que serán útiles en los niveles superiores. Es prácticamente obligatorio que un niño acuda a sus clases en la etapa preescolar”, declaró Ramírez, quien advirtió que cada vez es menor la atención.
Alertó que esta situación, que es consecuencia de la crisis del país evidenciada en servicios deficientes e interrumpidos, como transporte o agua, falta de mantenimiento en las infraestructuras y pocos recursos, puede acarrear problemas futuros en la formación integral de los estudiantes.