El tradicional árbol de Navidad del Rockefeller Center presume este año de una nueva estrella con cristales de Swarovski, diseñada por el arquitecto Daniel Libeskind.
Con un peso aproximado de 408 kilogramos, la nueva estrella mide unos 2,7 metros, tiene 10 centímetros de diámetro y utiliza 3 millones de cristales de cono doble colocados en 70 puntas que irradian desde el centro. Cada punta es creada usando vidrio ESG de seis milímetros con cristales fijados en la cara interior y con componentes de iluminación LED desarrollados por Swarovski. El centro de la estrella se fabricó utilizando 70 componentes de aluminio elaborados a medida, además de 140 puntos de luz LED, publica pauta.cl.
Emitirá 106.400 lúmenes de luz blanca cuando el árbol decorado se encienda oficialmente durante la ceremonia del 28 de noviembre que será transmitida en vivo por NBC. El árbol, un abeto rojo de 12 toneladas y de 21,9 metros de altura traído desde Wallkill, Nueva York, permanecerá en exhibición hasta el 7 de enero de 2019.
El proceso de diseño y construcción de la estrella tardó dos años y se utilizaron piezas que fueron fabricadas en Austria y Rhode Island. Ensamblado en el Rockefeller Center, Libeskind no vio el producto terminado hasta esta semana, apenas unos días antes de su presentación el miércoles 14 de noviembre, cuando se colocó la estrella.
“Fue un gran desafío diseñar algo realmente sin precedentes”, dice Libeskind, quien con su compañera Nina Libeskind creó el Estudio Daniel Libeskind en Berlín en 1989 después de ganar el concurso para construir el Museo Judío en esa ciudad. En 2003, el estudio trasladó su sede a Nueva York después de que Libeskind fuera seleccionado como el planificador maestro para la reurbanización del World Trade Center.
“Es una escultura, una estrella panorámica tridimensional que está explotando en luz dinámica”, dice Libeskind. “La tecnología, la forma, la complejidad, los millones de cristales; fue realmente un desafío y una hermosa aventura”.
Para el diseño, Libeskind dice que se inspiró en el concepto abstracto de la luz de las estrellas y en los estudios de Leonardo da Vinci sobre las formas geométricas.
Nadja Swarovski, miembro del consejo de administración de Swarovski AG, considera a Libeskind uno de los mejores talentos creativos del mundo. “Su creación final es una obra maestra de imaginación e innovación, y esperamos que esta estrella irradie luz como un faro de esperanza para la ciudad de Nueva York y más allá durante muchos años”.
Junto a los desafíos técnicos y físicos que presentó la creación de una escultura en tierra que representara el brillo de la luz de las estrellas, el producto final tenía que ser lo suficientemente duradero como para soportar que sea montado a más de 30 metros de altura en el aire, luego desmontarlo, almacenarlo y volver a armarlo los años siguientes. La anterior estrella de Swarovski, que creó en fibra de vidrio y cristal el artista alemán Michael Hammers, se usó durante 14 años.
Libeskind dice que el requisito de sostenibilidad fue sólo uno de los muchos desafíos. “Había dificultades en casi todos los puntos. ¿Cómo integrar los cristales, qué cristales debemos usar que sean realmente luminosos y difundan la luz, cómo conseguir que la luz brille a lo largo de la trayectoria, cómo crear la tecnología de los LED que brillan incluso dentro del núcleo, y cómo crear esa estructura entre el vidrio y el cristal y el acero y el aluminio que es un objeto importante?”