Educación venezolana se declara en emergencia humanitaria compleja entre condiciones precarias y bajos sueldos

Educación venezolana se declara en emergencia humanitaria compleja entre condiciones precarias y bajos sueldos

Presidente de la APUSB, profesor William Anseume, en el estrado. Foto: Cortesía.

 

Ayer se realizó la declaración de emergencia humanitaria compleja en la educación venezolana, en un evento convocado por FAPUV, la Asamblea Nacional, la Asociación de Profesores de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador y la Unidad Democrática del Sector Educativo, en el Auditorio del Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio, Av. Rómulo Gallegos. Allí las palabras por el sector universitario las pronunció el presidente de la APUSB, profesor William Anseume.

Nota de prensa





Anseume partió, en su pronunciamiento, de la Constitución Nacional, al señalar que: “La emergencia educativa compleja en las universidades deriva del inmenso desprecio de la dictadura establecida por los procesos fundamentales para cumplir con los fines esenciales del Estado. Son, esos procesos, como sabemos la educación y el trabajo”. Fue enfático al indicar que: “actualmente en Venezuela, desde el poder, se ha acabado con el valor de los procesos fundamentales para obtener los fines del Estado. Se ha acabado tanto con la educación como con el trabajo…”. Continuó Anseume: “El poder establecido en Venezuela ha hecho absolutamente insustanciales, innecesarios, hasta despreciables, especialmente
para los más jóvenes, el valor que en una sociedad deben necesariamente tener la educación y el trabajo”.

Posteriormente, el presidente de la APUSB pasó a determinar la desvalorización del trabajo en los siguientes términos: “Esto de la pobreza a la que nos han llevado se evidencia con absoluta claridad, si nos atenemos a la imposibilidad de adquirir la canasta básica, como nos ocurre, pero también si nos guiamos por la medida de la CEPAL y otros organismos multilaterales, de remunerar más allá de un dólar por día, asimismo si nos guiamos por los 6 indicadores, ni uno puede fallar si no queremos ser considerados pobres, de: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación. Se soslaya, de este mal modo, el importantísimo Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.

Se refirió a las condiciones laborales en las universidades: “Las condiciones laborales todas deben ser restablecidas hasta el punto de que sean realmente garantía de protección. Pero ello significa un adecuado presupuesto universitario que debe ser establecido y profundizado de una manera mixta, en la cual el Estado aporte sustancialmente, sí, pero la empresa privada, una vez fortalecida y liberada de la prisión a la que está sin dudas sometida para su funcionamiento, debe comprender ampliamente su rol como financista de la educación que nutrirá sus empresas. Y aquí cabe, es indispensable, la ayuda internacional para sacar adelante a las universidades de este profundo atolladero al que las han sometido”.

Hizo mención a la Autonomía universitaria: “tenemos un inmenso desplazamiento, hasta la desaparición casi, de la autonomía universitaria: allanamientos por doquier, presupuestos limitados hasta el ahogo institucional, imposibilidad de realizar elecciones rectorales y de representantes, imposición de autoridades, intervención directa de universidades”.

También se refirió a la persecución de los universitarios, donde mencionó el caso reciente de las elecciones estudiantiles de la Universidad de Carabobo y la agresión en la manifestación de los maestros en el Ministerio: “Mención especial nos merece la permanente persecución de universitarios. Los límites al pensamiento generado y expresado. Tal vez por ello las universidades se han convertido en foco de atención y de exterminio del régimen. Le duele la crítica hasta propiciar los más altos niveles de crueldad. Estudiantes muertos, presos, torturados, escarnecidos, y así, profesores y egresados de nuestras instituciones han vivido y padecen aún la cárcel, el destierro, la persecución inclemente por expresarse, por protestar, por convocar a oponerse, oponiéndose ellos, al sojuzgamiento. Esto debe acabar cuanto antes. Y la forma de acabarlo es la libertad, la consideración extrema de los derechos constitucionales, políticos y humanos en el país”.

También tomó en cuanta las condiciones laborales: ”Este inmenso deterioro necesitará una inversión extraordinaria, cuando ocurra lo que necesariamente debe ocurrir que es la sustitución de este régimen de oprobio, para restablecer las condiciones de funcionamiento y llevarlas, paso a paso, hasta su elevación continua”; las fallas de los servicios y a la diáspora profesional: “La compleja emergencia anteriormente enunciada se ha transformado en malestar general, hasta en estampida, que sufren nuestras instituciones, de académicos en busca de aminorar el desasosiego en otras latitudes. Académicos brillantes, con una preparación a veces insuperable, en quienes el Estado invirtió una cuantiosa suma económica en procura de lograr ese valor humano de cara al futuro” y a la repercusión social: La desvalorización de la educación y del trabajo en Venezuela ha tenido una muy profunda, preocupante, repercusión social en el país.

Deliberadamente se han querido destruir. Indudablemente, esto ha provocado el incremento de la violencia, de la delincuencia y de la corrupción de un modo impresionante”.

Apostó, William Anseume por el futuro, sin embargo: La resistencia y la lucha por el país mejor, ése que sin dudas merecemos, no nos permitirá desmayar en nuestros deseos y en la consecución pronta de los mismos”. “Saldremos adelante educadores, estudiantes, sociedad venezolana, con la participación de todos nosotros, educadores y educandos; con el decidido apoyo de la colectividad nacional, de la empresa privada y el respaldo internacional. Todo eso que hoy demandamos para cumplir nuestros altos y gloriosos fines por el indispensable bienestar del país”.