Pedro Sánchez empieza el jueves una visita oficial a Cuba, la primera de un jefe de gobierno español en 32 años, en un momento en que La Habana busca en Europa posibles aliados frente a Donald Trump.
En el poder desde junio, el nuevo dirigente socialista español se quedará dos días en la isla con un amplia agenda que que combina política, negocios, cultura y sociedad civil.
Tres décadas después de que el socialista Felipe González visitara oficialmente en 1986 la antigua colonia española, el objetivo de Sánchez “es normalizar, estabilizar y dar profundidad a las relaciones entre España y Cuba”, comentó a la prensa una fuente del gobierno español.
“Es el comienzo de una nueva etapa de relaciones, no solo en el aspecto político, sino comercial y económico”, comentó a AFP el socialista Diego López Garrido, ex secretario de Estado español para la UE y buen conocedor de la isla.
La tardanza ha sido calificada por el ejecutivo español de “anomalía”, máxime cuando destacados mandatarios desfilaron por allí en los últimos años, como el presidente estadounidense Barack Obama en 2016, el francés François Hollande o los papas Francisco y Benedicto XVI.
El acercamiento con Washington se ha visto congelado con Donald Trump, pero Cuba quiere compensarlo acercándose más a la Unión Europea, con la que existe desde 2017 un acuerdo de diálogo político y cooperación.
El viaje de Sánchez comenzará por una reunión el jueves con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, con el que podría firmar una serie de acuerdos en materia de cultura o asuntos consulares.
La jornada del viernes tendrá un marcado acento económico, con dos encuentros previstos por Sánchez: un desayuno con empresarios españoles, y a continuación un foro bilateral, en el que se han registrado unas 200 empresas de ambos países, entre ellas algunas de gran tamaño como las españolas Telefónica, Iberia o Air Europa pero también pequeñas y medianas.
España es el segundo mayor socio comercial de la isla, y tratará de promover una presencia aún mayor, en particular en el turismo, las energías renovables y las infraestructuras.
“Cuba se está abriendo y a nuestras empresas les interesa estar bien posicionadas para obtener contratos importantes”, comentó otra fuente gubernamental española competente en temas económicos.
El interés también es grande para Cuba, dispuesta a aprobar en febrero una nueva Constitución que reconoce el importante rol de la inversión extranjera.
La isla necesita inversiones, afectada por la debacle económica de Venezuela, su principal socio y proveedor de petróleo, y acaba de suspender su programa de envío de miles de médicos a Brasil, otra importante fuente de ingresos.
El viaje de Sánchez servirá igualmente para abordar las cuestiones espinosas: dos recientes impagos de deuda de Cuba a España, que están bloqueando la concesión de créditos, y los problemas de algunas compañías españolas con proveedores del país caribeño.
“La presencia de empresarios españoles en Cuba es relativamente intensa (…) España no hace grandes gestos, pero las dos partes esperan que la relación siga siendo estable e intensa”, abundó el analista Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, con sede en Madrid.
– Comprender y no “ponerse medallas” –
Durante su estancia Sánchez no prevé en principio reunirse con Raúl Castro, quien tras dejar la presidencia en abril sigue liderando el Partido Comunista de Cuba (único).
Tampoco se ha previsto un encuentro específico con disidentes, y es que “lo que queremos no es tanto ponernos una medalla como conocer la realidad cubana”, dijo el gobierno español, después de que las Damas de Blanco solicitaran reunirse con Sánchez.
Sí que habrá, el viernes, un encuentro en la embajada española con representantes de la sociedad civil cubana.
La lista de invitados, insistió Madrid, fue decidida “exclusivamente” por el gobierno español, y en ella figuran personalidades como el escritor Leonardo Padura, la diseñadora de ropa Idania del Río, el empresario Enrique Núñez (patrón del paladar La Guarida), el emprendedor católico Jorge Mandilego o los periodistas Roberto Veiga y Lenier González, al frente de la web Cuba Posible.
La visita tendrá asimismo un apartado cultural, en vísperas de que La Habana celebre en 2019 los 500 años de su fundación por la Corona española, que dominó la isla hasta el año 1898.
Sánchez recorrerá La Habana vieja con el historiador de la ciudad Eusebio Leal, y entregará, en préstamo de dos años, la llamada “silla de Antonio Maceo”, utilizada por el prohombre de la guerra de independencia contra España y hasta ahora expuesta en Mallorca.
AFP