Tras el asesinato de una doctora y ante una crítica de la Asociación Nacional del Rifle de EEUU, publicaron 22 mil mensajes con fotografías de su trabajo al atender casos relacionados con la violencia por el uso de armamento y relataron sus historias personales sobre el tratamiento de esas heridas.
Por Infobae
Las imágenes de los médicos llegaron una tras otra: quirófanos manchados de sangre, pijamas quirúrgicas cubiertas de sangre, zapatos, cuerpos y órganos con perforaciones de bala.
Las fotografías publicadas en Twitter fueron una durísima respuesta a la campaña de la poderosa industria cabildera a favor de las armas, que se ofendió con el llamado del mes pasado del Colegio Estadounidense de Medicina a establecer leyes más estrictas para el control de armas.
Sus recomendaciones incluyeron una prohibición a los “fusiles de asalto”, los “cartuchos de gran capacidad” y las armas impresas en 3D.
“Alguien debería decirles a los engreídos doctores en contra de las armas que se limiten a lo suyo. La mitad de los artículos en Annals of Internal Medicine piden un control de armas. Lo más perturbador, sin embargo, es que la comunidad médica parece no haber consultado con nadie, sino con ellos mismos”, tuiteó la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus iniciales en inglés).
Los médicos de todo el país aprovecharon la redacción y recurrieron a Twitter con 22.000 comentarios bajo los hashtags #thisismylane y #thisisourlane (#esto es lo mío y #esto es lo nuestro), publicaron fotografías de sus encuentros con la violencia relacionada a las armas de fuego y relataron sus historias personales sobre el tratamiento a esas heridas.
https://twitter.com/scrubbedin/status/1061235397240541184
“Buenos días! Sólo un aviso @NRA… Ella no lo hizo”
First patient, first day of residency: gunshot wound to the head. Tried saving him as his mother cried into my shoulder pleading for us to save him. He didn’t make it. He wasn’t the last one either. #ThisISMyLane #ThisISOurLane #NRA pic.twitter.com/n820f6LvQq
— Brent McCaleb (@brentmccaleb) November 12, 2018
“Primer paciente, primer día de residencia: herido de bala en la cabeza. Traté de salvarlo mientras su madre lloraba en mi hombro rogándonos que lo salvemos. No pudo hacerlo. Tampoco fue el último”
https://twitter.com/titusthemutt/status/1062345423288000512
“Mi tía Shelley era el corazón de nuestra familia. Fue masacrada en el baño de una corte porque la @NRA cree que chequear los antecedentes criminales en los festivales de armas es demasiado engorroso”.
https://twitter.com/traumadmo/status/1061070255416475648
“No puedo postear una foto del paciente… así que esta es una selfie”
https://twitter.com/kathrineholte/status/1061208252225146886
“Soy un cirujano de traumas. Así es como se ve”
https://twitter.com/Goru78/status/1062101443874828288
“La bala que saqué del cerebro de un bebé de seis meses. @NRA ustedes crearon mi lado”.
Los tiroteos y su impacto en la salud pública
El debate dio un nuevo giro esta semana después del asesinato a tiros de una doctora de emergencias a las afueras del hospital en el que trabajaba, y los médicos arguyen que los tiroteos son una crisis de salud pública en la que deben tener un papel fundamental para tratar de frenar.
La doctora Tamara O’Neal fue asesinada el lunes a las afueras de un hospital de Chicago en lo que la policía describió como una disputa con su ex prometido. El agresor y otras dos personas -un policía que respondió al reporte y un residente que estaba en la farmacia del hospital- también fallecieron.
“Esto no solo demuestra que esto nos concierne, sino que también nos pasa a nosotros”, dijo el médico Joseph Sakram, cirujano en Johns Hopkins Medicine de Baltimore, quien fue baleado en la garganta cuando tenía 17 años por una bala perdida durante una disputa en un juego de fútbol americano de escuela secundaria.
Sakram creó la cuenta en Twitter @ThisIsOurLane, que en tan solo dos semanas atrajo a casi 15.000 seguidores. Uno de ellos es el médico Peter Masiakos, cirujano pediatra de Boston, quien escribió “The Quiet Room” unas horas después de la masacre en una iglesia de Sutherland Springs, Texas, que trata sobre dar la noticia de un fallecimiento a un ser querido.
https://twitter.com/scrubbedin/status/1061035641142759426
“¡Hey @NRA! ¿Quieren ver mi lado? Este es el sillón en el que me siento cuando le digo a los padres que sus hijos han muerto. ¿Cómo diablos me dicen que no puedo investigar soluciones basadas en evidencia?”
“Necesitamos comenzar a hablar de esto como un tema de salud pública. Sin involucrar a la política, tenemos un problema que no tiene ningún otro país”, dijo Masiakos.
Unas 35.000 personas mueren al año por heridas de arma de fuego en Estados Unidos, y casi dos terceras partes de esa cifra son suicidios. Eso es alrededor de 670 personas a la semana, que es una de las mayores cifras de muertes civiles por armas de fuego en el mundo.
La mayor tasa de muertes por arma de fuego en el mundo es de El Salvador con 72,5 por cada 100.000 habitantes. La tasa en Estados Unidos es de 3,1 por cada 100.000. Entre los países europeos, este tipo de decesos nunca superan 1 por cada 100.000, de acuerdo con Small Arms Survey, una organización de investigación con sede en Suiza que examina la violencia y las armas de fuego.
(Con información de AP)