Los acontecimientos que desencadenaron la Independencia de América Latina del imperio español comenzaron en Madrid. Ahora, por caprichos del destino, todo vuelve a donde empezó. La Copa Libertadores, el campeonato que honra a héroes como Bolívar, San Martín y O’Higgins, se muda a la capital de España ante el salvajismo de unos aficionados argentinos. Algunos bares como el S10, sede de la peña de Boca Juniors, ya se están preparando.
La historia a veces es caprichosa. El Superclásico del fútbol latinoamericano, el partido decisivo entre River Plate y Boca Juniors por el trofeo de la Copa Libertadores, se juega en el Santiago Bernabéu. En Madrid. En la capital del Reino de España contra el que lucharon, y vencieron, los padres de la patria latinoamericana: los libertadores.
De los libertadores viene el nombre de la copa, el torneo de fútbol más importante de América. En 1965, los organizadores la bautizaron como Copa Libertadores en honor a libertadores como el venezolano Simón Bolívar, el argentino José de San Martín y el chileno Bernardo O’Higgins.
Sus Ejércitos vencieron en el siglo XIX al imperio español. Aquello fue una guerra que duró más de una década y abarcó desde México hasta Argentina. Hubo sangre en honor a la libertad y a una intención noble: escapar del salvajismo que, en muchos casos, caracterizó a los colonizadores.
Ahora es al revés. La Copa Libertadores huye de su tierra hacia aquel imperio opresor. Y huye de la barbarie que protagonizaron las aficiones de Boca Juniors y River Plate el pasado domingo, cuando, en principio, se iba a jugar el partido. ¿Qué pensarían Bolívar y el resto de los libertadores al respecto?.
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