En Bad Tatzmannsdorf, en el extremo oriente de Austria, además de albergar uno de los mejores centros termales del país, se ubica también la casa particular con mayor cantidad de decoración navideña de Europa.
“De niña estuve varias veces en Estados Unidos con mis padres y siempre fue mi sueño decorar mi casa en Navidad como se hace allí”, cuenta a Efe, Sabine Gollnhuber, cuya mansión está decorada con medio millón de luces y unos 70 enormes muñecos hinchables.
Todos ellos tienen temática navideña, sobre todo diferentes versiones de Santa Claus, renos y pesebres de Navidad pero también hay un dinosaurio con gorro navideño.
“Desde hace 25 años colecciono estos muñecos y estas luces. Lo compro casi todo en Estados Unidos”, dijo a Efe Sabine Gollnhuber, que a sus 49 años de edad se sigue emocionando como una niña por la Navidad.
Preguntada por cuánto le ha costado esta afición, responde entre risas: “no lo sé, pero seguro que el valor de varios coches”.
Cada finales de agosto, la familia Gollnhuber, compuesta por Sabine, su esposo Gerald -un científico del deporte- y sus dos hijos ya adultos, comienza a colocar las luces y los muñecos en la casa y en todo el jardín privado, que rodea un pequeño lago artificial.
“Me paso entre seis y ocho horas al día instalando y colocando estos artefactos. Pero nada se enciende hasta finales de noviembre”, asegura Sabine.
Para poder darle electricidad a estas instalaciones, el edifico cuenta con tres conexiones de corriente de alta intensidad.
Entre el primer domingo del Adviento navideño y el Día de Reyes, el 6 de enero, la casa se transforma desde las cuatro de la tarde a las diez de la noche en un verdadero paraíso para todos los fanáticos de la Navidad.
“Mucha gente me dice que debería contactar a la gente del Libro Guiness de los Récords. Pero a mí esto me da pereza, solo quiero disfrutar de la Navidad”, cuenta Sabine.
Con o sin mención en el famoso libro de los récords, este “Disneylandia de la Navidad”, como lo llama su dueña, se ha convertido en toda una atracción turística de Bad Tatzmannsdorf, un conocido y exclusivo centro de aguas termales.
A esta pequeña localidad de apenas 1.500 habitantes y que hasta 19921 perteneció a Jungría, llegan en autobuses turistas de toda Austria, pero también de países vecinos, como Alemania, Suiza o Eslovaquia, para ver la espectacular instalación navideña.
“Desde hace un tiempo necesitamos incluso ayuda de profesionales de la seguridad para organizar las llegada de los visitantes”, asegura Sabine.
Desde hace seis años, la familia Gollnhuber combina su particular atracción con la beneficencia y convierte su terreno en una especie de “Aldea de Navidad”.
En una cabaña navideña, colocada en el jardín, los miembros de la familia ofrecen a los visitantes -que llegan a ser hasta unos 2.000 cada fin de semana-, té caliente, salchichas y dulces navideños.
Los fondos recaudados con en estas ventas se donan tras el final de la temporada navideña a organizaciones benéficas.
“El año pasado, donamos unos 10.000 euros (unos 10.700 dólares) a la Cruz Roja austríaca”, recuerda Sabine Gollnhuber.
EFE