La medición global más extensa y abarcativa sobre libertades individuales le puso al régimen que lidera Nicolás Maduro en Venezuela la peor nota entre los países de América latina y una de las bajas a nivel mundial, sólo por encima de Siria, de acuerdo con el Indice de Libertad Humana (ILH) dado a conocer hoy en la capital norteamericana y al que tuvo acceso Infobae.
Por Francisco Seminario / Infobae
Se trata de una medición que se realiza periódicamente desde 2008 y que utiliza 79 indicadores de libertad personal, civil y económica para asignar una nota de 1 a 10 a cada uno de los 162 países que releva en materia de libertad de expresión, de culto y de asociación, entre otros aspectos.
Además, el índice mide variables como la libertad de movimiento de los ciudadanos de esos países, las libertades de las mujeres, la criminalidad y la violencia, y evalúa también la salud del Estado de derecho, algo que los responsables del trabajo consideran “una condición esencial de la libertad que protege al individuo de la coerción por parte de otros”.
La Venezuela chavista, con 4,2 puntos sobre 10, quedó ubicada en el puesto 161 del índice, casi al fondo de la lista elaborada en forma conjunta por el Instituto Cato, de Washington, el Instituto Fraser de Canadá y el Liberales Institut de la Fundación Friedrich Naumann, de Alemania.
En contraste con lo que ocurre en Venezuela, los países más libres de la región son Chile (ubicado en el puesto 32 a nivel global), Costa Rica (37), Uruguay (43), Panamá (46) y Perú (47). Más abajo en el ránking, Honduras ocupa el puesto 92, Guyana el 96 y les siguen la Argentina (107) y Brasil (123). Estados Unidos figura en el lugar 17 a nivel mundial, mientras que los primeros lugares del índice de libertad estuvieron reservados para Nueva Zelanda (con un puntaje de 8,89), Suiza y Hong Kong.
“Venezuela está entre los cinco países que más libertades han perdido desde 2008”, comentó a Infobae Ian Vázquez, director del Centro para la Libertad y Prosperidad Global del Instituto Cato. Este retroceso, sostuvo, “es un claro reflejo del populismo chavista, que ha acabado con todas las libertades en el país, además de crear una grave crisis económica y social”.
Según Vázquez, la libertad humana en todas sus dimensiones está ligada a factores de progreso humano, y en la medida en que en Venezuela esas libertades fueron recortadas a lo largo de las últimas dos décadas, “ese retroceso tuvo su reflejo también en otros terrenos, vinculados al bienestar humano”.
El deterioro de las libertades en Venezuela se dio en un contexto en el que América latina en su conjunto mostró en promedio una caída que los investigadores adjudican al auge del populismo en la última década. “Como región, su promedio es bastante mediocre a nivel global”, señaló Vázquez. “Tiene mucho por mejorar”, añadió.
El experto del Instituto Cato resaltó sin embargo que hay países latinoamericanos que se ubicaron en el cuartil más libre del índice, como es el caso de Chile y Costa Rica, lo que indica que la libertad no es exclusiva de algunas regiones del mundo sino que “puede funcionar en una diversidad de sociedades y también en América latina”. En ese mismo cuartil superior hay países asiáticos, del ex bloque soviético e incluso un país subsahariano.
Venezuela, según Vázquez, “podría en un tiempo relativamente rápido avanzar en su nivel de libertad, como lo hicieron los países bálticos por ejemplo, aunque tiene por delante retos enormes”. Entre ellos, recuperar la democracia y dejar atrás la herencia chavista del actual gobierno, algo que no tiene fecha pese a la creciente presión internacional para que el régimen de Maduro convoque a elecciones verdaderamente libres y democráticas.
“Con el auge del nacionalismo, el populismo, y las formas híbridas de autoritarismo, la libertad ha estado bajo ataque en muchas partes del mundo”, observó a su vez Tanja Porcnik, académica adjunta del Instituto Cato.
A su juicio, la nota positiva en un planeta en que sólo 15 por ciento de la población vive en países ubicados en el cuartil más libre del índice es que “la libertad ha sentado raíces en una gama diversa de sociedades y que también se está esparciendo en varios países alrededor del mundo”. De hecho, según la medición 56 países mejoraron su puntaje general de libertad, aunque en otros 81 hubo retrocesos.