China dio hoy un paso más en su escalada de la tensión diplomática con Canadá tras confirmar que los ciudadanos canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor están “bajo investigación” por su presunta implicación en “actividades que ponen en peligro” la seguridad nacional del país asiático.
El caso se circunscribe dentro de la ofensiva de Pekín para conseguir la liberación inmediata de la directora ejecutiva de la tecnológica Huawei, Meng Wanzhou, detenida en Canadá el pasado 1 de diciembre a petición de las autoridades estadounidenses.
Aunque China evita relacionar estos dos casos, las detenciones coinciden con las “graves amenazas” que lanzó el pasado fin de semana contra Canadá y que suponen una medida de presión más para que el país norteamericano ponga a Meng en libertad sin cargos.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Lu Kang rechazó hoy ofrecer más detalles sobre el paradero de los canadienses, esquivó referirse al suceso como detención o arresto, y se limitó a subrayar que las autoridades han tomado “medidas coercitivas” según las leyes y regulaciones chinas.
Según el portavoz, Kovrig está siendo investigado desde el pasado 10 de diciembre por el Buró de Seguridad Nacional de Pekín, mientras que Spavor está en manos del Buró de Seguridad Nacional de la ciudad de Dandong, provincia de Liaoning (noreste) desde el mismo día.
“Los dos casos están todavía bajo investigación”, señaló Lu, quien añadió que los dos burós mencionados han notificado a la embajada canadiense sobre la situación de estas dos personas, cuyos “legítimos derechos e intereses están siendo salvaguardados”.
El Gobierno de Canadá ya había expresado su preocupación por la suerte de Spavor, que había desaparecido después de que las autoridades del país asiático lo interrogaran.
Spavor, de 43 años y oriundo de Calgary, es uno de los pocos occidentales que ha conocido y departido ampliamente con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Licenciado en Relaciones Internacionales, Spavor acabó fundando Paektu Cultural Exchange empresa con sedes en Londres, Pionyang, Pekín y la ciudad nororiental china de Yanji que organiza, entre otras cosas, viajes turísticos a Corea del Norte y eventos de intercambio con un fuerte acento en la diplomacia deportiva.
La confirmación de su detención se produce después de que ayer China anunciase la de Kovrig, exdiplomático que estuvo destinado en Pekín y la ONU, y que se encargó de organizar la visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a China en diciembre de 2017.
Kovrig y Spavor “se conocen bien” debido a sus “intereses mutuos” en el Noreste de Asia, asegura hoy el periódico hongkonés The South Chigna Morning Post, que apunta a que ambos se han convertido en víctimas de un “juego de rehenes” por las tensiones trilaterales.
Sin embargo, Lu negó hoy que las detenciones tengan algo que ver con las “profesiones” de los dos canadienses, que trabajan como asesores después de asumir cargos de alto rango en los campos de la diplomacia y los negocios.
Según Lu, la “ONG” para la que trabajaba Kovrig, el laboratorio de ideas International Crisis Group, no está registrada en China “según la ley”.
“Las leyes y regulaciones chinas estipulan muy claramente los procedimientos para que una ONG lleve a cabo actividades en China”, dijo Lu ayer refiriéndose a una ley de 2016 que impone graves restricciones al funcionamiento de estos grupos.
Mientras, la prensa oficial china se sumó a la ofensiva por la liberación de Meng, y en sus últimos editoriales el periódico Global Times pidió a Canadá que tome decisiones “independientes” y “civilizadas” que se desmarquen del “hegemonismo” estadounidense.
“Canadá sabe que EEUU viola el espíritu del derecho internacional al usar leyes nacionales para extender su jurisdicción”, indicó el rotativo oficialista, que pidió a Canadá que actúe como país “independiente y soberano”, y no como un “estado vasallo”.
Asimismo, el canciller chino, Wang Yi, se pronunció esta semana sobre el caso Meng y ya adelantó que el país no escatimaría “esfuerzos” en salvaguardar “los derechos legítimos” de los ciudadanos chinos ante “cualquier comportamiento de acoso”.
Por el momento, la agresiva ofensiva de Pekín tras la detención de una figura clave de su élite deja, sin duda, uno de los peores conflictos diplomáticos entre Pekín y Ottawa, con Washington como telón de fondo.
EFE