En medio de una tensa situación política en la región, Argentina, Brasil y Colombia endurecieron su postura contra el régimen venezolano que lidera Nicolás Maduro. La Corporación Andina de Fomento (CAF) aprobó el viernes último un préstamo de 500 millones de dólares para Venezuela, pero los gobiernos de Argentina, Brasil y Colombia y con fuerte presión de los Estados Unidos lo rechazaron.
Por: LA NACIÓN
Según pudo saber LA NACIÓN de altas fuentes oficiales, el rechazo argentino implica un gesto de aislamiento a Caracas justo antes de que Maduro reasuma su nuevo mandato, lo que ocurrirá el 10 de enero próximo. Pero Maduro tuvo a su favor al presidente ejecutivo de la CAF, Luis Carranza Ugarte.
El presidente de Venezuela ganó esa reelección en los comicios del 20 de mayo último, que no fueron reconocidos por gran parte de la comunidad internacional, la Argentina incluida. Es posible que muchos de esos países retiren sus embajadores.
“Seguramente esto complicará más la relación con Venezuela que ya está muy mal”, aseguraron a
LA NACIÓN en la Cancillería, en línea con la Casa Rosada. El encargado de transmitir el voto negativo de la Argentina fue Felix Martín Soto, subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales del Ministerio de Hacienda que dirige Nicolás Dujovne.
El conflicto diplomático podría escalar al punto de que la Argentina deba retirar o llamar en consultas al encargado de negocios en Venezuela, Eduardo Porretti.
“Argentina no reconoce a Maduro que asume ahora y podría ocurrir que se convoque a Porreti”, admiten algunas fuentes de la Casa Rosada. En Cancillería son más prudentes. “No está en los planes por ahora”, señalaron.
Una relación mala, que empeora
Sin embargo, reconocen que la relación está en un pésimo nivel. “Mal. Nula relación. Hemos dicho públicamente en reiteradísimas ocasiones que Venezuela es una dictadura e instado a través de muchos documentos propios y dentro de Grupo de Lima a que dejen de perseguir y matar”, dijo un allegado al canciller Jorge Faurie.
La negociación fue densa y en el Gobierno admitieron una fuerte presión de los Estados Unidos para conseguir votos negativos en la CAF contra Venezuela. En realidad, Caracas necesitaba ese préstamo de 500 millones de dólares para pagar las deudas anteriores, en una operación de “round-tripping”, que de otro modo no podía cumplir y no quedar en default con el organismo andino.
Pero la CAF podría quedar muy expuesta si Venezuela en el futuro no puede cumplir y, por la mala situación económica, se estima que entrará en default.
En la Argentina hubo un endurecimiento respecto del año último. En 2017, el gobierno de Macri se había abstenido al votar un préstamo de 400 millones dólares dirigido a Venezuela, lo cual sirvió para que se aprobara la ayuda a Maduro.
“Argentina se abstuvo y la operación se aprobó. Lo hicimos porque necesitábamos muchísimo el financiamiento de la CAF. Este año CAF a la Argentina le aprobó 1300 millones de dólares, un récord”, dicen en la Casa Rosada. Pero tras el fuerte alineamiento de Macri con Estados Unidos, la cumbre del G-20 y el acuerdo con el FMI por 57.000 millones de dólares, la postura argentina cambió.
“El año pasado necesitábamos ese apoyo de la CAF. No le gustó a los Estados Unidos, pero con otro contexto pudimos votar en contra e ir en contra de la operación”, señaló un alto funcionario.
Votos secretos
Si bien la CAF oficializó la aprobación del crédito, Soto reclamó por nota formal la composición de votos positivos y negativos y el organismo andino nunca lo informó oficialmente desde el viernes. Sobre 19 votos, el Gobierno había contabilizado 10 negativos y 9 positivos. “Carranza andaba buscando abstenciones y las debe haber logrado, por lo cual inclinó la balanza, pero no lo sabemos, no fuimos informados”, señalaron en Balcarce 50.
Brasil y Colombia mantuvieron la postura argentina. Bolivia y Venezuela fueron los impulsores del voto positivo. Fuera de ello, no saben más nada en la Casa Rosada.
El voto negativo de la Argentina se fundamentaba en que la coyuntura de Venezuela no ofrece “un panorama claro de cómo se afrontarán sus futuros compromisos con la CAF”, que existe un “significativo riesgo de no pago, dada la situación financiera del país” y la incertidumbre “del impacto que esta operación tendría sobre la calificación crediticia de la CAF”.
También invocó “la falta de claridad del uso de los fondos” por lo cual, dice, “concluimos que no es conveniente acompañar esta operación, por lo cual emitimos nuestro voto Negativo”.
Este voto negativo se había negociado en muchas reuniones que Dujovne y Soto mantuvieron en Washington y en otras preparatorias del G-20 para tratar la situación del régimen de Maduro. De muchas había participado el ex ministro de Finanzas y ex presidente del Banco Central Luis Caputo.
“Estados Unidos nos llamaba todos los días a ver cuál era nuestra posición, llamaba a todos los países. Nosotros le dijimos que votamos en contra”, dijo un funcionario cercano al jefe del Gabinete, Marcos Peña.
Por otra parte, la Argentina sostenía que el préstamo era ilegal porque iría dirigido al Banco Central de Venezuela y necesita la aprobación de la Asamblea Nacional, el Poder Legislativo que fue sancionado por Maduro y no pudo aprobarlo.
Pero el peruano Carranza, titular de la CAF, esgrimió que Caracas tiene una ley especial por la cual su Banco Central puede tomar deuda y se comprometió con Maduro pese a que el gobierno de Perú habría votado en contra junto a Paraguay, Ecuador y España.
“A partir del 10 de enero, cuando asuma Maduro, la Argentina no reconoce la legitimidad de las autoridades electas. Sería un contrasentido autorizarle un préstamo a un país con un gobierno ilegítimo”, dijo un funcionario de la Casa Rosada con poder diplomático.
En el Gobierno dicen que, si entre los países que se abstienen y permiten la aprobación del préstamo hay algunos miembros del Grupo de Lima o votan en la OEA sanciones a Venezuela, se pondría en peligro a la CAF y la estabilidad de la región.