Los marabinos se preparan para este lunes 24 de diciembre, en la búsqueda de alguna prenda de vestir, así sea usada para lucir en Nochebuena. El casco central lució un alto movimiento comercial.
Por: Adriana González | Panorama
Unos compraban en cantidad, sobre todo zapatos, mientras otros, en la búsqueda de alguna oferta miraban en las vitrinas los precios y se detenían donde consiguieran más económico.
Rosa Artigas, del sector Canchancha, miraba y miraba en la zapatería de un centro comercial del centro, pero no compraba nada porque los precios que incluyó en el presupuesto de su hogar, la semana pasada, ya no están, se esfumaron. Unas gomas que vio hace apenas unos días en 11 mil bolívares, las encontró, este domingo, en BsS 20 mil.
“Vine a comprar, pero ni para un par de sandalias me alcanzó porque todo está por las nubes. Pensé que podría subir un poco lo que quería comprar, pero está casi al doble”, testificó Artigas.
A pocos metros estaban Luis Matos y su esposa, quienes pudieron comprar una camisa a su pequeño hijo, “pero no le vamos a poder dar lo que quisiéramos porque no nos alcanza. Se va a poner unos zapatos que él ya tiene y un pantaloncito que le compramos hace meses”, dijo Matos.
Los centros comerciales del centro y norte de la ciudad mostraron un vaivén de personas. Los estacionamientos estaban llenos, incluso así, los encargados de las tiendas aseguraron que los usuarios preguntan mucho, pero pocos son los que finalmente compran el producto porque, en otros años, la cantidad de prendas vendidas era mayor.
Otros como Maritza Ramírez, adquirieron un poco más. La incógnita: ¿cómo lo hicieron? “Yo recibo remesas de un hijo que está en Chile y con eso compro la mayoría de las cosas, aunque yo trabajo también, así me pude comprar la ropa de diciembre”, narró Ramírez. Esa parece ser la razón que se replica en los centros comerciales, que a principios de mes lucían desiertos.
Las tarjetas de crédito, la salvación de muchos, son también una forma para paliar la crisis. Luz Domínguez logró comprarse un par de jeans, “gracias a que aumentaron el límite en las tarjetas hace unos días. Prefiero pagar a plazos algo que comprarlo cuando cueste cinco veces más”, sostuvo.
Por otro lado, en las populares coroteras como La Cotorrera, en la avenida El Milagro, estaban repletas, era casi imposible caminar por su interior, pues comprar ropa de segunda mano ha sido la opción ideal para muchos marabinos ante una hiperinflación que galopa. Camisas, blusas, pantalones, zapatos de vestir o deportivos y hasta juguetes buscaban cientos de personas.
Es posible conseguir franelas o suéteres en buen estado en 700 o mil bolívares soberanos, jeans por BsS 1.500. Un par de zapatos tiene un valor entre 3 y 4 mil bolívares, pagaderos en efectivo o, en algunos casos, por transferencia.
Los precios de los juguetes varían según el producto: muñecas pequeñas en mil bolívares; carros, en BsS 2 mil y otros un poco más caros en BsS 5 mil.
“Ni pensé en pasar hoy (ayer) por los centros comerciales porque sé que me voy a caer para atrás con los precios que encuentre. En la corotera, con BsS 15 mil, logramos vestirnos mi hijo y yo”, afirmó Mirna Linares. Con esa misma cantidad de dinero se habría comprado, con suerte, una sola prenda de vestir nueva en algún comercio formal.
Al lado del edificio Miranda, en la avenida La Limpia, también se dejaron ver vendedores; sin embargo, “las ventas bajaron este año, a pesar de que tenemos precios más bajos que en otro lugar”, contó Rubia Oliveros, comerciante informal.