Éxodo venezolano: la más grande migración en el Perú

Éxodo venezolano: la más grande migración en el Perú

REUTERS / Douglas Juarez

 

 

“Vinimos bailando. Todos vinimos bailando”. Francisco Díaz, 31 años, diseñador gráfico, profesor de baile de salón, danzó días enteros en las pistas, bajo el sol, con callos en las manos, para saltar desde su venezolana Mérida hasta la limeña avenida Miguel Grau. El fundador de Inyectando Kultura, grupo de breakdancers llaneros –y ahora también peruanos– huyó así de la crisis social y económica de su país para buscar refugio en Colombia, Ecuador y Perú. Aquí vive con su pareja Karin y su hijo de 5 años, ha trabajado en panaderías 12 horas diarias a cambio de 20 soles, y conoció a la actriz Angelina Jolie en un parque de San Juan de Lurigancho. Francisco baila para vivir, publica La República.

Por: Milagros Berríos | La República

Los danzantes, sin su hijo, llegaron el 2016, un año antes de que la migración venezolana sea masiva por la entrada en vigencia del Permiso Temporal de Permanencia (PTP), medida implementada por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski para formalizar la condición migratoria de estos extranjeros que se encontraban en situación de irregularidad. Pero ese era solo el inicio. Este año se confirmó que el Perú dejó de ser un país de tránsito para convertirse en uno de recepción, después de Colombia (más de un millón). La Organización Internacional de Migraciones (OIM) habla de la migración más grande en la historia de la región.

Según la Superintendencia Nacional de Migraciones, en diciembre del año pasado había 100 mil ciudadanos venezolanos en el país y ahora existen 635 mil. El principal hito del 2018: la cifra se elevó en más de 500%.

“Y en un año, en diciembre del 2019, podríamos hablar de más de un millón de venezolanos. Nos preparamos para ese escenario con el Estado”, explica José Iván Dávalos, jefe de misión de la OIM en Perú.

Récord en octubre

Hace un mes, Ángel Fernández, 22 años, bartender, integrante de Inyectando Kultura, obtuvo su PTP, el cual le permite trabajar legalmente y acceder a servicios básicos de educación y salud. En el Perú, 156 mil ya cuentan con este carné, 217 mil han iniciado las gestiones y 27 mil tienen una cita pendiente. Hace una semana se sabía que más de 150 mil aún no iniciaban el trámite. Ahora tienen solo 5 días para hacerlo; de lo contrario, serán irregulares.

Unos 558 mil extranjeros ingresaron hasta el 31 de octubre, fecha máxima de acceso para que puedan acogerse al PTP. Ese día se registró un récord: cerca de 7 mil ingresaron a través del Centro Binacional de Frontera (Cebaf) Tumbes.

Los venezolanos que, a diferencia de Ángel y Francisco, llegaron después del 31 de octubre, quedan en calidad de turistas. Otra opción es que soliciten un refugio, trámite a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores y que solo resulta fundado cuando existe temor de persecución. Los solicitantes reciben una constancia que les permite trabajar en el Perú hasta que se resuelva su caso. Esto puede durar varios días o meses. “Pero la mayoría no tiene elementos suficientes para calificar como refugiados”, se informó desde la Cancillería.

Francisco, Karin y su hijo son solicitantes de refugio, así como más de 120 mil venezolanos. De este total, solo 500 casos han procedido. “Tratamos de atender rápido los casos que identificamos como perseguidos, los otros pueden quedarse en el Perú y trabajar”.

“Yo pensé que podía estar tranquilo con la solicitud de refugio, pero luego debí sacar mi PTP. Ahora debo esperar un año y ver si me lo renuevan o saco carné de extranjería”, dice Ángel, que hizo este trámite por tener el pasaporte.

Pasaporte y rechazo

Este documento también generó controversia. A mediados de este año, el Ministerio del Interior dispuso que a partir del 25 de agosto solo ingresen los ciudadanos venezolanos que presenten su pasaporte.

Poco después, en octubre pasado, el Poder Judicial declaró fundada en parte una acción de hábeas corpus interpuesta por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos mediante la cual se exigía el libre ingreso de venezolanos, sin presentar pasaporte. No obstante, días después, el fallo fue suspendido y aún no hay respuesta, según la superintendenta Roxana del Águila.

Francisco, que en Venezuela ganaba 4 dólares mensuales y en Perú 30 soles diarios, recuerda que una vez lo insultaron por su nacionalidad. La OIM, que reconoce a este país como uno de migración regulada, advierte que uno de los problemas para los migrantes, además del trabajo informal, ha sido la discriminación.

De esto habló Inyectando Kultura con Angelina Jolie, también en octubre pasado, cuando llegó como enviada especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Francisco, Ángel, Karin y otros 9 migrantes bailaron para ella en un parque de SJL. Aquella vez el danzante le contó a la actriz su trabajo. “Ella me dijo que todo extranjero aporta al crecimiento del país”. También le dijo que la xenofobia no debe existir. Ahora, Francisco piensa que en el Perú encontró un futuro para su hijo.

 

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