La Bolsa de Sao Paulo acogió con optimismo al gobierno de Jair Bolsonaro y cerró con un nuevo récord histórico su primera sesión tras su investidura, cuyo ministro de Economía reiteró su compromiso con los ajustes fiscales y las privatizaciones.
AFP
El índice Ibovespa concluyó con un alza del 3,56%, a 91.012 puntos -superando por primera vez los 90.000 al cierre-, poco después de que Paulo Guedes señalizara que la estratégica reforma de las jubilaciones, ampliamente esperada por los mercados, podría llevarse a cabo rápidamente.
“La reforma de las jubilaciones es el primer y mayor desafío que debemos enfrentar. Si lo logramos en dos o tres meses, tendremos diez años de crecimiento sostenido por delante”, afirmó en su discurso tras asumir el cargo.
Brasil “fue corrompido por el exceso de gastos y dejó de creer por el exceso de gastos”, expuso Guedes, formado en la Escuela de Chicago.
“La reforma de las jubilaciones es la clave para corregir ese problema”, insistió el nuevo ministro, a quien Bolsonaro confió toda el área económica de su gobierno.
Guedes advirtió asimismo de que en caso de que esa polémica reforma no consiga avanzar, la carga del régimen de pensiones seguirá creciendo y chocará con el techo de gastos adoptado por el gobierno del expresidente Michel Temer, lo que colocaría a los legisladores bajo fuerte presión.
Ratificando el programa electoral del excapitán del Ejército, Guedes enumeró cuatro puntos: “abrir la economía, simplificar impuestos, privatizar, descentralizar los recursos y enfocarse en las cuestiones sociales”.
Al frente de un “superministerio” que integra las anteriores carteras de Hacienda, Planificación y Comercio Exterior, este veterano economista de 69 años afirmó que él solo no podrá enderezar el rumbo de la economía de la mayor potencia latinoamericana, que apenas este año comenzó a emerger de la peor recesión de su historia.
“Va a ser una construcción conjunta, no existe un superministro, no existe alguien que vaya a arreglar los problemas del país él solo”, afirmó durante la ceremonia celebrada en Brasilia.
El PIB del gigante sudamericano se derrumbó un 3,5% tanto en 2015 como en 2016, mientras que en 2017 registró un tímido crecimiento del 1%.
La expectativa inicial del gobierno saliente de Michel Temer era que en 2018 el despegue se consolidara, con un aumento de alrededor del 3%, pero las últimas proyecciones oficiales acabaron reduciéndose al 1,4%.