La oposición venezolana agrupada bajo la plataforma Frente Amplio (FAVL) informó este viernes que se alista para una etapa de “lucha cívica” y hacer frente al nuevo mandato de seis años que jurará Nicolás Maduro el venidero 10 de enero, que no reconoce así como parte de la comunidad internacional.
“Estamos planteando una lucha cívica (ante) un gobierno que se mantiene solo por la fuerza”, dijo en una rueda el vocero del FAVL, Negal Morales, al indicar que los opositores no manifestarán en las calles si Maduro jura un nuevo período el 10 de enero.
“No vamos a sacrificar a nuestros muchachos”, añadió en refrencia a los más de 100 muertos que dejaron las violentas protestas antigubernamentales de 2017.
En ese sentido, Morales señaló que en el país iniciará el 10 de enero “una lucha distinta”, porque Maduro se convertirá en un “usurpador” y presidente de facto, y porque los venezolanos “sí queremos democracia”.
Con todo, aunque habló de “articular todas las formas de lucha cívica”, no explicó en qué consistirá esta porque, dijo, “en dictadura las tácticas no se pueden explicar”.
Además, adelantó que el 10 de enero no será “el día de la solución definitiva para los venezolanos”, pese a que auguró que Maduro “va a salir” de la presidencia.
El FAVL también consideró que un nuevo término de Maduro agravará la ya acuciante crisis de gobernabilidad en Venezuela, y que se expresa en el desconocimiento mutuo entre el chavismo, en el poder desde 1999, y la oposición, que solo controla el Parlamento.
“Ese día Venezuela amanece sin presidente electo democráticamente, podrá haber en Miraflores un presidente de facto, pero no electo”, dijo el vocero Ángel Oropeza en la misma rueda de prensa.
“A partir de ahora con toda seguridad, y el Frente Amplio quiere advertirlo, el Gobierno, a medida que se debilita, va a aumentar su represión, su amenaza, va a mostrar su cara más salvaje, más inhumana”, pronosticó.
Maduro ganó con amplio margen los comicios presidenciales de mayo pasado, a los que no se presentó el grueso de la oposición por considerar que no había condiciones para una elección justa y por estar inhabilitados o presos sus principales dirigentes, como Henrique Capriles y Leopoldo López.
Tras ser proclamado ganador, la oposición aseguró que no reconocerá el nuevo mandato de Maduro, así como una parte importante de la comunidad internacional.
Esta misma jornada, la mayoría de los Estados americanos miembros del Grupo de Lima pidió a Maduro que no jure un nuevo mandato.
Además, el grupo instó a Maduro, cuya legitimidad no reconocerá desde el 10 de enero, a que respete las atribuciones de la Asamblea Nacional y le transfiera, de forma provisional, el Poder Ejecutivo hasta que se realicen nuevas elecciones.
Aunque el propio presidente no se manifestó hoy al respecto, su Gobierno fijó posición, en un comunicado que leyó ante los medios públicos el canciller Jorge Arreaza, y reiteró que Maduro sí jurará el cargo, al tiempo que consideró que la declaración del Grupo de Lima alienta a un golpe de Estado en el país caribeño.
Asimismo, el Gobierno venezolano aseguró que la declaración se acordó tras recibir el Grupo de Lima “instrucciones” de Estados Unidos “a través de una vídeo conferencia”.
Venezuela también alertó en el documento que “sabrá responder a la luz del principio de la reciprocidad a las sanciones que individualmente decida tomar cada Gobierno (del grupo de Lima), en la proporción correspondiente (y) en el terreno que cada uno escoja”.
Arreaza agregó al finalizar la lectura del comunicado que ha recibido mensajes de dirigentes de la oposición venezolana -que casi en pleno ha dicho que desconocerá a Maduro si jura un nuevo mandato-, “expresando su incomodidad” por la declaración del Grupo de Lima.
“El mundo entero será testigo de la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro (…) y nada ni nadie, ni mucho menos el imperialismo, como tigre de papel, podrá impedir que eso ocurra”, dijo.
EFE