El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió este miércoles no entrar en pánico ante el desabastecimiento de gasolina en el país, provocado por la estrategia para combatir el robo de combustibles, conocido como “huachicol”.
“Vamos a resistir todas las presiones que sean y le pido a la gente que nos ayude. ¿Cómo nos pueden apoyar? Actuando con prudencia, con serenidad, sin caer en pánico, sin hacer caso a información alarmista, tendenciosa”, dijo López Obrador en su habitual conferencia de prensa matutina.
El mandatario agregó que “hay gasolina suficiente en el país”, pero que no se pueden utilizar los conductos para transportarla porque se crearon redes alternativas a ellos para robar el combustible.
Por ello, la gasolina está siendo transportada en camiones cisterna, lo que genera retrasos en su distribución.
La estrategia del nuevo gobierno ha generado largas filas de automovilistas que esperaban para cargar gasolina en varios estados del país, incluida Ciudad de México.
Algunas estaciones de servicio cerraron operaciones y otras restringieron la cantidad de gasolina que podían vender, según reportes de la prensa local.
López Obrador llamó a la gente a actuar con serenidad y pidió a quienes tenían combustible en sus automóviles que no fueran a las gasolineras. “Estamos en proceso de normalizar el abasto. Es un asunto que tiene que ver con la distribución”, explicó.
Aseguró también que el tema está muy cerca de ser resuelto.
“Hay gasolina suficiente, es un asunto de distribución y no queremos abrir los ductos porque estamos revisando todo el sistema de ductos para ir cerrando fugas”, dijo.
A finales de 2018, López Obrador anunció un plan para detener el robo de combustible, que en 2017 ocasionó pérdidas por 60.000 millones de pesos (unos 3.000 millones de dólares).
El plan del gobierno implica la vigilancia por parte de las fuerzas armadas de 50 puntos estratégicos de la petrolera estatal Pemex y catalogar el robo de combustible como un delito grave sin derecho a fianza.
El gobierno pidió también a las gasolineras no vender combustible robado y a los clientes no comprarlo.
El robo de combustible a Pemex ha crecido durante los últimos años e involucra tanto a grupos delincuenciales como a cárteles de la droga.
En 2017 se detectaron 10.363 tomas clandestinas en los ductos de Pemex y hasta octubre de 2018 se tenía reporte de 12.581.
AFP