La familia de Eli Saúl Villarreal González creyó que el episodio trágico de su muerte había terminado. Pero no. El miércoles 16 de enero, tuvieron que regresar al cementerio para exhumar el cadáver. Funcionarios del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses(Senamefc) les entregaron un cadáver equivocado. El de una mujer.
De acuerdo con información extraoficial, publicada por Versión Final, el 16 de enero los trabajadores del Senamefc se dieron cuenta del error y desenterraron el cuerpo de Miladys María Cantillo Pérez, una colombiana que estuvo desaparecida desde el 15 de noviembre.
Los parientes de ella acudieron a la sede forense de Bello Monte para hacer los trámites correspondientes. Se enteraron de que el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) había detenido a un hombre, que sería el responsable de su muerte por estrangulamiento.
En ese momento los forenses descubrieron la confusión: el cuerpo de ella ya no estaba en la sede. Lo entregaron a la familia de Eli Saúl Villarreal González. Él fue secuestrado el 31 de diciembre de 2018. Lo asesinaron poco tiempo después. Cuando el Cicpc encontró el cadáver ya estaba descompuesto. Era administrador.
Sus parientes acudieron el 16 de enero de 2019, al Cementerio del Este donde fue sepultado. Estuvieron presentes cuando los funcionarios del Senamefc exhumaron el cadáver de Miladys María Cantillo Pérez. En ese mismo momento, inhumaron los restos del administrador.
¿Quién es Miladys María?
Miladys María Cantillo Pérez, de 44 años de edad, era colombiana. Vino a Venezuela para hacerse una cirugía plástica. Mientras estaba de reposo, vivía en la Cota 905. Desde el 15 de noviembre, desapareció.
Sus parientes intentaban comunicarse con ella vía telefónica y no obtenían respuesta. También la buscaron en la casa y tampoco la encontraron allí. Finalmente, después de un mes, funcionarios del Cicpc dieron con su paradero al detener al presunto homicida.
No es la primera vez
En marzo de 2018 un caso similar se registró en prensa. El cuerpo de María Ignacia Torreles fue entregado a otra familia. Estas personas velaron el cuerpo y lo cremaron. Las cenizas fueron esparcidas.
Cuando los hijos y nietos de María Ignacia se enteraron de lo ocurrido, reclamaron en la medicatura forense. Los funcionarios se disculparon y explicaron que, por error en la numeración, habían entregado el cadáver de su abuela a otra familia.
A sus 90 años de edad, María Ignacia murió el sábado 24 de febrero de 2018, en su casa, ubicada en Antímano. La causa de muerte fue un paro respiratorio.
El 8 de julio de 2017 pasó también. Ese día el cuerpo de un niño fue encontrado en el sector Negro Primero de Caucagüita, estado Miranda. Los padres de Leswi Omar Arriechi Ramírez, de ocho años de edad, lo identificaron como su niño perdido un mes antes.
Cuando la noticia del hallazgo se hizo pública, los trabajadores de del Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idenna), se alarmaron. Ellos tenían en su custodia a Leswi Omar y hasta ese momento no habían podido contactar a sus padres.
Rápidamente se comunicaron con el Senamefc para avisar del error. Dos horas antes de que la familia de Leswi Omar enterrara un cadáver que no era el de su hijo, enmendaron la confusión.
El cuerpecito correspondía al de Andy Alejandro Monteverde Padilla, de 10 años de edad, víctima de su hermano mayor. Anthony Padilla, un joven de 23 años de edad, fue señalado como el homicida del pequeño, el de su madre, Belkis Coromoto Padilla Meléndez, y el de Richard Eduardo Coronilla Padilla, su hermanito de 11 meses de nacido.