La pretendida hegemonía comunicacional de Maduro, ha demostrado nuevamente ser inútil al ser contrastada con la realidad.
Esta semana, las redes sociales han sido el teatro de operaciones para demostrar, cómo operan las campañas orquestadas por los laboratorios del Maduro en la búsqueda permanente de ubicarse en las tendencias.
En el siguiente análisis gráfico de Twitter elaborado por José Blanco examinaremos como se comportaron las tendencias venezolanas en Twitter durante el día más álgido de la política nacional. el 23 de enero.
Hegemonía en duda
El impacto de los políticos venezolanos en Twitter ayer #23Ene. Juan Guaidó (@jguaido) con una quinta parte de los followers de @nicolasmaduro, logró ocho veces más RTs que el inquilino de Miraflores.
Dos de los hashtags utilizados fueron #GritemosConBrio y #LasCallesSonDelChavismo.
Continúa el análisis de Blanco con un detalle del comportamiento de los 73K RT que consiguió Guaidó.
Así se ven parte de los 73K retweets a lo publicado por @jguaido con el hashtag #GritemosConBrío. pic.twitter.com/M92Q457wG5
— Jose Blanco Oliver (@jbo) 24 de enero de 2019
Hasta hace un par de horas, 320K tweets habían sido publicados con el hashtag #GritemosConBrío por 110K usuarios de esta red social. Encontramos 230K retweets que dibujan este grafo. pic.twitter.com/sNw8dvR3pg
— Jose Blanco Oliver (@jbo) 24 de enero de 2019
¿Y qué pito tocan los turcos?
Pués al parece un “pito de oro puro” ya que al final de la tarde del 23 de enero, uno de ciento cincuenta mil tweets escritos en turco lograron posicionar la etiqueta #WeAreMaduro
El día #23Ene a las 4:06 pm (VET) desde Turquía se publicaba el 1º de 115K tweets (escritos en turco) de un total de 225K marcados con el hashtag #WeAreMaduro. 67K cuentas de Twitter publicaron tweets originales o se hicieron eco de dichos contenidos en forma de 151K retweets. pic.twitter.com/IHIdYCQZN2
— Jose Blanco Oliver (@jbo) 25 de enero de 2019
La añorada aspiración gubernamental de controlarlo todo, sigue demostrando, no solo el talante dictatorial de Maduro sino su el deseo irreal de controlar cómo piensa la gente.