El número de fallecidos por la explosión en una toma clandestina de hidrocarburo en Tlahuelilpan, en el estado mexicano de Hidalgo, pasó de 109 a 115 personas desde el viernes, informaron este lunes fuentes oficiales.
“Tenemos un total de 115 fallecidos a nivel hospitalario y con lo que se ha recogido hasta ahora”, apuntó el ministro de Salud, Jorge Alcocer.
El titular de la Secretaría de Salud explicó que en las últimas 48 horas -desde el sábado- solo falleció una persona, en tanto unos treinta siguen hospitalizados, tres de ellos en un centro especializado en Galveston (Texas, EE.UU.).
Cuestionado sobre el estado de salud de los pacientes, Alcocer explicó que, por lógica, los más “graves” ya fallecieron y los pacientes tienen “un pronóstico mejor”.
“Pero todavía la mitad de ellos tienen que pasar una terapia intensiva” para lograr una situación “más estable”, agregó.
“Desde la perspectiva médica esto va mucho mejor”, concluyó.
El 18 de enero, un grupo de pobladores del municipio de Tlahuelilpan, en el céntrico estado de Hidalgo, reventó un ducto de hidrocarburo y empezó a sustraer, de una forma muy rudimentaria, la gasolina.
Tras unas dos horas, y pese a la presencia del Ejército que poco pudo hacer para controlar la multitud de centenares de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.
Desde que llegó al poder el 1 de diciembre pasado, López Obrador comenzó un combate frontal al robo de hidrocarburos que se realiza a través de los ductos de la empresa estatal Pemex, delito que genera pérdidas millonarias para la compañía.
Para tal fin, se reforzó con miles de agentes la seguridad en los ductos y se transportó más gasolina con pipas (camiones cisterna), lo que ha causado una crisis de desabastecimiento en diez estados del país, con estaciones de servicio cerradas y compras de pánico.
EFE