“Soy egresado de UCV en Ingeniería y aún no he podido conseguir un trabajo en mi área. Lo que ganaba en trabajos anteriores, en su mayoría en locales de internet, no alcanzaba para cubrir mis gastos”, expresó Jesús Colmenares, de 26 años, quien partió para México donde lo iban a recibir dos amigos y un primo. Así lo reseña laverdaddevargas.com
Comentó que desde el 2014 empezó a ver a los integrantes de su familia irse para otras naciones en búsqueda de “un futuro mejor. Un primo se fue a Lima y después se llevó a su hermano. Al año siguiente dos primos más se fueron a España y México. El año pasado la única que nos quedaba a mi hermano y a mí se fue a Colombia y ahora me toca irme”.
Mencionó que su hermano de 19 años tiene pesando irse del país a finales de este año “lo voy ayudar como me ayudaron mis familiares. Me da dolor dejar a mi mamá y mis tíos porque últimamente nos unimos mucho porque quedamos pocos. Ahora es mi hermano quien tiene que velar por todos y ayudarlos”, dijo con lágrimas en los ojos.
Pero no son solo los jóvenes quienes se están yendo del país para buscar empleos en sus áreas, Fulvia Femminella se marchó para Barcelona donde la iba a recibir su hijo. “Esto duele en el alma porque uno deja a su gente, su vida aquí”, dijo. En Venezuela se quedan aún su esposo e hijo quienes no se quieren ir aún.
“Yo tengo fe de que pronto voy a volver a Venezuela para reencontrarme con mi familia”, expresó la dama, quien recordó que en el 2003 la empresa de lácteos que tenía quebró a raíz del paro petrolero y de las medidas económicas que se tomaron en ese entonces.
Por tal motivo, su hijo decidió marcharse a España a emprender su camino. “El siempre supo que esto iba a pasar y por eso siempre nos emplazó a que nos fuéramos. Lo estamos haciendo por como están las cosas, porque ya no se consiguen las medicinas y todo se vuelve más caro”. Agregó que el costo de un pasaje para Madrid oscila entre los 1.600 euros.
Por su parte, Teresa Díaz pidió a los venezolanos que tomen la decisión de irse del país y tengan una mascota, que hagan el sacrificio de llevárselas consigo o en su defecto, que la dejen con una persona de confianza. “No los dejen en las calles porque ellos no entienden nada ni tienen la culpa de esta crisis”.
Su esposo, quien la recibirá, se fue hace dos años por la complicada situación económica que estaban atravesando. “Me voy triste porque aquí dejo a mis cuatro hermanas y tres sobrinos”, manifestó la comerciante.
Díaz, Femminella y Colmenares esperan que la situación del país mejore lo antes posible para poder regresar y estar con sus familiares. Indicaron que pasar las navidades lejos de los suyos fue algo que les afectó sentimentalmente el pasado diciembre y que tomar la decisión de irse lo consideran como lo más difícil que han hecho.