La céntrica Avenida Bolívar, donde el pasado sábado se celebró la contra marcha del chavismo, estuvo bloqueada para la prensa nacional y extranjera. Solo los medios oficiales y los rusos tuvieron acceso al lugar que ha sido monopolizado por el chavismo desde hace 20 años. Las únicas imágenes que se disponen son las que envió la prensa oficial donde muestran que aparentemente fue una marcha multitudinaria sin posibilidades de comprobar por otro medio independiente si fue verdad o no que Nicolás Maduro llenó esa avenida con los supuestos «tres millones de manifestantes».
Mientras en la televisión venezolana Maduro aseguraba que hay un pacto para mostrar «una Venezuela que no existe», la periodista Carla Angola acusó al mandatario de hacer lo que él estaba criticando. «Es sábado 2 de febrero y esta es la Avenida Bolívar en la televisión y esta en la realidad», dice la persona que graba el vídeo, que primero muestra las imágenes televisadas al instante y termina con otro plano directo a dicha avenida en la que se ve que no había tanta gente como el dirigente aseguraba.
Ese día el chavismo celebraba el vigésimo aniversario del ascenso al poder de Hugo Chávez. En sus alrededores se observaron numerosos autobuses públicos rojos con los que el oficialismo acarrea a los partidarios de Nicolás Maduro. Las decenas de chavistas que respondieron a la llamada lo hicieron por la oportunidad de recibir 10.000 bolívares (tres euros) y dos bocadillos por persona en el trayecto de ida y vuelta al interior del país.En la emblemática avenida de Caracas caben bien apretadas 350.000 personas en las seis manzanas que van desde las Torres del Silencio hasta el hotel ALBA, antiguo Hilton, según cifras que calculó el Centro Simón Bolívar hace 40 años. Cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1999 logró llenar a tope la Bolívar pero nunca más logró batir su propio récord. Ya en su ocaso decía que la había llenado con un millón de seguidores pero la verdad es que ni siquiera había alcanzado la mitad. En la contramarcha, los enviados especiales europeos se sorprendieron porque no los dejaron pasar para cubrir el mitin de Maduro y se tuvieron que conformar con lo que ocurría en sus alrededores
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